¿Ha llegado a inmunizarse la sociedad ante las tragedias de los inmigrantes? La pregunta se la hace el reportero de ABC Luis de Vega, que acude a las seis de la tarde del miércoles a la plaza Stesicoro de Catania (Sicilia) a cubrir una manifestación de repulsa por el naufragio en el que más de 800 personas perdieron la vida entre el 18 y 19 de abril. “A la convocatoria apenas asistieron dos centenares de personas, una por cada cuatro fallecidos en el que ha sido calificado como el mayor siniestro de este tipo”.
La misma pregunta nos hemos hecho en el editorial de esta edición (página 2) ante la pasiva reacción de los responsables instituciones de las Islas ante esta catástrofe. No hubo minutos de silencio, posiblemente tibios pronunciamientos de reprobación por la existencia de las mafias de tráfico de seres humanos que ponen en peligro la vida de cientos de seres humanos que pagan elevadas sumas de dinero por comprar la muerte.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo que en total fueron unos 800 los inmigrantes fallecidos por el naufragio del barco en el que viajaban en el mar Mediterráneo.
El capitán y un ayudante fueron detenidos, según autoridades citadas por medios italianos cuando se ocultaban entre los demás inmigrantes que viajaban en la embarcación
La portavoz de ACNUR en Italia, Carlotta Sami, manifestó que la mayoría de los 27 supervivientes llegados a última hora del lunes a territorio italiano se puede afirmar que hay 800 muertos.
Un inmigrante sobreviviente a la tragedia ingresado en el hospital, un bangladesí, confirmó ante las autoridades italianas que había alrededor de 50 menores y 200 mujeres en el barco.
El hecho, sin embargo, no pasó inadvertido para Amnistía Internacional Mallorca que nada más suceder la tragedia convoco a una manifestación de protesta en la Plaza Mayor de Palma, a donde acudieron algunos ciudadanos a apoyar la iniciativa.
Durante el acto, integrantes de la ONG se acostaron en el suelo en señal de duelo por los fallecidos y recordando a la sociedad que este tipo de hechos no pueden pasar desapercibidos.
Pere Manel Mulet, portavoz de Amnistía Internacional dijo a este periódico que ante la catástrofe humanitaria en aguas del mediterráneo “se debe denunciar este tipo de políticas que consiste en un control migratoria y no en acciones de salvamento que huyen de la miseria social y la guerra”.
Agrega que la Unión Europea debe implementar un programa de salvamento marítimo. “Nosotros no nos oponemos a los controles migratorios que cualquier estado legitimo puede ejercer pero ello no impide que los estados tengan unas obligaciones de derecho internacional de socorrer las víctimas”.
Ante la pregunta de la posición del continente europea entorno a esta dramática situación Mulet responde que “Europa mira para otro lado, muchos países restringen en exceso la capacidad de asilar a personas de otros países que están en guerras. En el caso de España se ha comprometido de acoger a 150 refugiados sirios en un país donde las cifras llegan a los tres millones de desplazados. Esta es una cifra ridícula” subrayó.
