La candidata para la alcaldía de Palma de Guayem es esta mujer valenciana, conocida en el ámbito balear de la inmigración por sus reivindicaciones en el movimiento asociativo vecinal y de comunidades de Latinoamérica, además de asociarla con su labor de voluntariado en Veïns sense Fronteres (Vecinos Sin Fronteras)
Antes de exponer lo más importante de su programa electoral, resalta el hecho de que los componentes de Guayem procedentes de varios partidos políticos como Alternativa Socialista, Izquierda Unida y agentes sociales, independientemente de los resultados del 24M, mantendrán vigente la plataforma hasta el final de la legislatura. Destaca que “la mayoría de los que estamos en las listas tenemos la experiencia de haber estado como voluntarios en plataformas sociales y tenemos un largo recorrido sindical, en ONG,s y en asociaciones vecinales y de inmigrantes”.
Haber dado este paso al frente no es ninguna locura. Alcázar cree que la gente ya está cansada de depender la misma maquinaría de siempre y es justo que las personas que han trabajado a la sombra por las causas sociales decidan desde ahora en las instituciones. “Necesitamos a alguien que nos represente y nos ayude para que las propuestas de las entidades sociales y movimientos sociales se plasmen a la realidad”.
La política se debe centrar en ofrecer a los ciudadanos alternativas de igualdad, incluyendo a la población inmigrante que en esta legislatura se ha visto despojada del derecho a la asistencia sanitaria en los casos de quienes no tienen su situación regularizada por varios motivos.
Cuando habla de inmigración recuerda una reciente experiencia con el colectivo africano que la llena de orgullo: “En una reunión nos decía el presidente de la asociación de Guinea Conakry que era poco lo que teníamos que demostrar, pues ellos nos conocen desde hace años atrás y saben la labor desinteresada que realizamos desde el sector del voluntariado”.
El trabajo en red para la líder de Guaynem es uno de los factores con un papel preponderante para la buena convivencia. Lo que pretende Alcázar desde el consistorio palmesano es que las asociaciones vecinales conozcan de primera mano lo que realizan en el tejido asociativo y viceversa. En ese sentido, recapitula la buena experiencia que se ha tenido con los líderes vecinales de Son Dameto, Son Rapinya y Son Gotleu que han participado en varias actividades de las asociaciones de inmigrantes, y éstas a la vez, también han sido invitadas a las fiestas de barrio. “A partir de ahí comienza la verdadera integración, no solo en las fiestas, sino en el contacto, en el diálogo para conocer la identidad cultural de cada comunidad sin que ello equivalga a no acogerse a las tradiciones culturales ni renunciar a las costumbres de la tierra de acogida”
Con todas las diferencias culturales en una misma tierra donde confluyen varias nacionalidades, para la candidata al consistorio palmesano no hay duda de que las diferencias no existen cuando hay hambre y necesidades básicas que no son atendidas. Por ello recuerda las penurias que pasó como voluntaria de ONG,s en Burundi, El Congo, Tanzania y Guatemala.
Normativa perversa
Una de las propuestas de Maribel Alcázar en caso de llegar al Ayuntamiento de Palma consiste en la inmediata abolición de la Ordenanza Cívica que va en contra de la población más desfavorecida, en el caso de algunas comunidades de inmigrantes y artistas callejeros que no tienen ninguna otra opción para ganarse la vida, “es una ordenanza discriminatoria y perversa que la eliminaría desde el primer momento que llegue al consistorio”, comenta.
Otra de las leyes que tilda de “perversa” es la que exige la licencia de actividades para las asociaciones o entidades sociales que organizan un evento de autofinanciación. Alcázar recuerda el infortunado incidente de María Txicuru, la presidenta de la Asociación de Mujeres Latinoamericanas, que a pesar de tener los permisos del ayuntamiento de ocupación del espacio público se le ordenó recoger los materiales después de tener montada la infraestructura de un evento benéfico que iba a realizar en diciembre del año pasado. A última hora lo tuvo que cancelar por carecer de una licencia de actividades con las respectivas perdidas a las que se vio obligada afrontar.
En resumen, Maribel está convencida de que el apoyo institucional a las asociaciones es necesario con recursos. Concluye diciendo que define a Guayem Palma como un proyecto real de cambio democrático y ciudadano, una plataforma en la que se han encontrado organizaciones políticas y ciudadanía para tomar juntos las decisiones y hacer un seguimiento continuado del cumplimento de los programas políticos.