No estaba loco, estaba muy cuerdo
Hace siete años fueron varios los amigos y allegados los que se dividían las opiniones respecto a mi decisión de fundar un equipo aficionado que representara a este periódico en la categoría de tercera regional del fútbol balear.
Recuerdo como si fuera ayer, que en el campo de fútbol que alquilamos en aquel entonces, año 2010 en la barriada de Indioteria de Palma, llegaban jóvenes por montones, personas de mediana edad y practicantes de este deporte ya pasados los 35 años con varios kilos encima, y quizá sin haber pateado nunca en su vida un balón de fútbol, simplemente se tomaban con humor la convocatoria que hacía el periódico.
No se me borra la imagen de un campo de fútbol once que por limitación de espacio y tiempo salían multitudes a correr detrás de un balón para demostrarle a nuestro primer técnico, Welmer Berrio, que tenían las condiciones para merecer una oportunidad dentro del equipo y ser los primeros en fijar los cimientos de aquel proyecto deportivo.
La verdad, es que de los más de cien jugadores que se probaron solamente fueron escogidos diez, que el entrenador observó con lupa, era una misión complicada y máxime en este mundillo del fútbol modesto que está contagiado de la élite del Real Madrid o Barcelona, en el que algunos jugadores con capacidad y talento se atreven a cobrar a clubes que apenas tienen para pagar el alquiler de un campo, o de lo contrario, prefieren permanecer en el equipo de sus amigos o los técnicos de su preferencia, algo que encuentro lógico, el sentido de pertenencia de los jugadores para con un club es para los directivos que aún vivimos del romanticismo.
Para formar una buena plantilla que compitiera en dignas condiciones nos tocó superar adversidades impensadas, la inexperiencia como directivo me hizo plantear en ocasiones echar marcha atrás. Fueron y siguen siendo muchas horas de trabajo sacrificando tiempo a la familia (en mi caso a mi esposa y dos hijas pequeñas), enormes dificultades económicas porque a pesar de los patrocinios las cuentas a final de temporada nunca han cuadrado, y cómo si fuera poco aguantando insultos xenofobos y racistas a diestra y siniestra en algunos pueblos donde no faltan los que piensan que el mundo les pertenece, creen que su terruño es una burbuja en la que nadie más tiene derecho a estar. Este último comentario es necesario dejarlo en evidencia, pero también es mi obligación afirmar que la inmensa mayoría nos ha acogido muy bien.
A esto podemos añadir un plus social y humano en que el equipo se ha visto inmerso en estos años. Sus integrantes son de varias nacionalidades, los españoles en estas dos últimas temporadas han visto que el objetivo deportivo del equipo también va de la mano con la integración cultural, y por ese mismo factor algunos jugadores nativos también han mostrado su interés de hacer parte de nuestro proyecto en estos dos últimos años.
El primer título de liga federativo a nivel nacional logrado por un equipo conformado por una plantilla de jugadores, cuerpo técnico y directivos que suman trece nacionalidades es una clara muestra que en el fútbol federado como en las otras disciplinas, el deporte constituye un factor fundamental y un soporte básico de integración a la tierra de acogida.
Analizándolo desde la perspectiva social, el fútbol en estos siete años de vida de BSF FC, ha sido un “pretexto” para conocernos y aceptarnos socialmente con todo y las diferencias que puedan existir sobre el camino.
Debutamos en 2010 con un ascenso de tercera regional a segunda y transcurrieron seis años para escalar otro peldaño. Ahora ya estamos en primera regional, Las exigencias de aquí en adelante me harán replantearme el presente y el futuro por el bien del equipo, quizá no me importaría estar en una segunda línea en la directiva para darle aíre fresco a otras personas que me han acompañado estos años, estoy convencido que todo cambio debe ser para bien.
Gracias a quienes han pasado por el club estos siete años aportando su grano de arena, reconocimiento a: Héctor Souto, Welmer Berrio, Jorge Rojas, Francisco Rodríguez Martín, “Bilbao”, Javier Bruno, Simeón Grozdanova, Didier Castro y Alvaro Santillan, quienes han hecho parte del cuerpo técnico en estos años. A todos los jugadores en estos siete años mis sinceros reconocimientos.