Nació en Venezuela, es quizá uno de los regidores más jóvenes que ha tenido el Ayuntamiento de Palma a lo largo de su historia. A sus 32 años define que el concepto de multiculturalidad en una sociedad es positivo, siempre y cuando las administraciones ofrezcan al ciudadano las herramientas para que exista una interrelación fluida con el fin de facilitar la convivencia y eliminar todo tipo de discriminación.
Es el máximo responsable desde hace tres años de la concejalía de Igualdad, Juventud Derechos Cívicos, Familia e inmigración del Ayuntamiento de Palma. A ocho meses para finalizar la legislatura estuvimos en su despacho para hablar de uno de los temas a los que le ha plantado cara durante su mandato: el racismo y la xenofobia.
¿Qué es lo más significativo que se ha realizado en esta legislatura para atajar los brotes de racismo y xenofobia que pueden surgir en una ciudad multicultural como Palma?
Palma es una ciudad muy diversa culturalmente en el mediterráneo. En esta ciudad viven personas procedentes de más de ciento setenta países. Hay gente de todos los continentes, de todas las creencias y con distintas formas de ver la vida. Una de nuestras tareas es hacer hincapié en la diversidad cultural. En esta legislatura hemos venido trabajando una estrategia denominada “Stop Racismo” que consiste en crear herramientas de trabajo para que las administraciones públicas puedan ofrecer servicios e información a las personas que son víctimas de este flagelo, creemos que los mensajes no son suficientes y en esa línea es necesario crear mecanismos de trabajo como los protocolos de coordinación.
¿Cuál es la manera de funcionar?
Una de las falencias que existían anteriormente era la falta de un espacio que coordinara esta clase de programas, aun así en esta legislatura hemos logrado crear una mesa de coordinación de las diferentes entidades con representantes del Govern balear, Policía Nacional, de juzgados, de la Cruz Roja y algunos sindicatos. En este momento estamos a punto de firmar un protocolo para dar respuesta a las personas que sean víctimas de racismo y xenofobia.
El racismo institucional es de lo que poco se habla, ustedes lo tienen muy asumido. ¿En qué consiste?
A veces existen casos de discriminaciones institucionales por las propias dinámicas existentes. En ese sentido hay que seguir trabajando. Al final las administraciones son un reflejo de la sociedad. Así como existe el racismo o xenofobia dentro de la sociedad, también lo hay en alguna medida dentro de las propias administraciones, es fácil de entender y sería de ingenuos negarlo. Las instituciones democráticas deben proyectar la imagen de estar por delante reconociendo estos derechos de las personas de diferentes orígenes y eliminando todas las formas de discriminación.
¿Cuál es la estrategia a seguir para que la comunicación sea efectiva entre el tejido asociativo y los representantes de las administraciones públicas?
Estamos creando un espacio municipal de Palma en el que se coordinen las distintas entidades del tejido asociativo para que sea un órgano de consulta de las políticas respecto a la diversidad de géneros. La intención es crear un Consejo Municipal de las Migraciones y la Diversidad en el que confluyan las asociaciones de inmigrantes y entidades vecinales que sea una entidad con un reglamento que asesore al Ayuntamiento de Palma. En definitiva, este tipo de actuaciones son necesarias para mejorar la convivencia de las personas de diferentes nacionalidades.
¿Cuáles son los frentes de actuación más inmediatos para hacer frente a los delitos de odio?
La Oficina de Delitos de Odio es un servicio que ha estado disponible por parte de la Regiduría de Seguridad Ciudadana que intenta responder a las situaciones de discriminación que puede representar este tipo de delitos. Nosotros desde el área de igualdad ofrecemos el servicio de gestión de la diversidad, el de la defensora de la ciudadanía y como ya comenté el de delitos. Estos tres elementos del consistorio forman parte del eje de trabajo de coordinación con las respectivas áreas de la Policía Nacional, de los juzgados y algunas consellerias del Govern balear.
Pero hay delitos de odio que quedan en el ostracismo, según hemos podido detectar desde este periódico hay gente que se muestra renuente a denunciar. ¿Qué opina?
No solamente existe el racismo cuando vemos en las noticias que se ha propinado una paliza a una persona de raza negra o subsahariana, hay otros tipos de racismo que están en niveles más bajos de la pirámide, como por ejemplo, los insultos en el ámbito del trabajo que pueden estar ocultos en conflictos laborales desde donde también se derivan actitudes racistas. Todo ese tipo de situaciones deben salir a la luz para poder denunciarlas. El propio fiscal de delitos de odio de Baleares afirma que apenas entre un 10 o 15 por ciento de estos delitos de odio son denunciados, por ello nuestro trabajo como administración es transmitirle a quienes son víctimas de estas situaciones la importancia de darle visibilidad a través de la denuncia.
¿Qué opinión le merece la polémica en torno a la llegada de refugiados a España y las críticas vertidas en torno a este asunto?
Resulta altamente preocupante a nivel europeo el auge de la extrema derecha que se basa en el eje antiinmigración, aunque todos los datos apuntan a que todas las personas migradas contribuimos de forma muy positiva al desarrollo de las sociedades europeas, en nuestro caso, a la sociedad mallorquina. Nuestras aportaciones generan riqueza a esta sociedad a nivel económico y cultural. Sin embargo, es alarmante que existan partidos que se estén aprovechando utilizando un discurso de odio para crecer políticamente. La responsabilidad de las administraciones es evitar que los mensajes de odio vayan en aumento.
En el plano personal, usted mismo ha denunciado a través de sus redes sociales haber sido objeto de agresiones verbales de tipo racista y xenófobo…
Sí, efectivamente, es una situación que no es nueva, ha habido episodios antes de ser regidor y ahora desempeñando este cargo, que se remontan a mis orígenes y rasgos físicos. Imagínese usted que en mi caso siendo actualmente una autoridad del Ayuntamiento de Palma he recibido insultos de índole racista, la pregunta que me hago siempre es a ¿qué tipo de situaciones se exponen las personas de a pie que, incluso le temen a la denuncia?.
Un mensaje que quiera enviar…
Animar a todas las personas de diferentes orígenes sin importar su condición social o etnia, a participar en la construcción activa de esta ciudad, es importante trabajar en positivo para que Palma sea una ciudad diversa. Debemos aprovechar esta riqueza cultural que estamos aportando para que las palmesanas y los palmesanos sepan que venimos a aportar en positivo, debemos preocuparnos por construir una sociedad tolerante en la que predomine la buena convivencia y tolerancia.