Los terribles atentados perpetrados en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, en los que han muerto a causa de los disparos 49 personas y han resultado heridas 48 más, son un devastador recordatorio de las consecuencias de dejar que el odio y la demonización se extiendan sin control, ha manifestado Amnistía Internacional hoy. El secretario general de la organización, Kumi Naidoo, ha señalado:
“Este es uno de los días más aciagos de la historia de Nueva Zelanda. Los atacantes, que han desatado su mortal odio y racismo contra mujeres, hombres, niños y niñas que participaban en la oración del viernes, nos han causado profundo dolor y conmoción.
“Es también el momento de hacer recuento para los líderes de todo el mundo que han fomentado el flagelo de la islamofobia o no han hecho caso de él. La política de demonización se ha cobrado hoy 49 vidas. La información que indica que los atacantes seguían un manifiesto supremacista blanco debe llevar a los líderes del mundo a comenzar a oponerse a esta ideología llena de odio.
“Nos solidarizamos hoy con todas las personas que han perdido a algún ser querido y prometemos unirnos en contra de este odio. La Nueva Zelanda en la que creemos es una Nueva Zelanda que prospera con una sociedad multicultural, acoge a las personas refugiadas y migrantes y respeta los derechos de quienes practican su religión en paz. Estos atentados no pueden más que reforzar nuestra determinación de luchar por una sociedad construida en torno a la paz, la esperanza y la justicia.”.