Redacción BSF
Hoy por hoy, la tendencia en los consulados de los diferentes países no es propiamente ir a golpear la puerta para realizar trámites burocráticos como normalmente sucedería en cualquier caso. Por estos días, la pandemia ha traído consigo emergencias sociales a las que los propios representantes consulares les tienen que hacer frente. Este es el caso de la oficina consular de Bolivia en Palma, que con el paso de los días ha comenzado a recibir una gran cantidad de solicitudes de familias en situaciones de vulnerabilidad social. Así lo ha confirmado a este periódico, el vicecónsul de ese país en Islas Baleares. Julio César Antelo, que no ha cumplido ni siquiera el primer semestre en el cargo- llegó en enero de este año a la Isla- pero le ha tocado afrontar casos complejos de personas que han perdido sus trabajos por la pandemia del nuevo coronavirus.
Lo peor, afirma el representante oficial, es que la mayoría de las personas que no vislumbran una oportunidad laboral “no tienen su situación en regla en España”. A algunas personas les será difícil acceder a la figura del arraigo social por la falta de contratos de trabajo.
No es aventurado sacar un promedio entre las personas que solicitan ayudas. El 70 por ciento de los demandantes por diversos motivos no han podido regularizar su estatus migratorio por lo que no tienen derecho a ningún tipo de ayudas oficiales.
Cierto es también que en su momento algunos desesperados averiguan por los vuelos solidarios – que no equivale a gratuidad- autorizados excepcionalmente por el gobierno español en el estado de alarma. Sin embargo, desde el viceconsulado observan que la idea de regresar a Bolivia poco a poco se va desvaneciendo, cabe recordar que el país andino hasta ahora está bordeando la subida de contagios por el covid-19, situación que es trascendental a la hora de echar marcha atrás para considerarla entre las alternativas de un retorno voluntario.
Por ahora, el Viceconsulado se ha puesto en la labor de coordinar con el gobierno de su país la forma y el procedimiento a seguir para tratar de ayudar a cubrir las necesidades básicas de sus compatriotas, concretamente en la recogida de alimentos. El pasado miércoles una treintena de personas bolivianas estuvieron en la sede de Mallorca Sense Fam recibiendo productos de primera necesidad no perecederos.
Los beneficiarios, comenta Antelo, fueron derivados del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales, (IMAS) para cumplir con el cometido de la ayuda. ¿Cuál es el procedimiento para tener derecho a este tipo de colaboración?. El vicecónsul Antelo afirma que es necesario estar en situación extrema y demostrarlo, luego la oficina consular hace un estudio socio-economica de cada caso para coordinarlo con el gobierno de Bolivia.
A posteriori se hace un listado de familias beneficiarias, tal y como ocurrió esta semana y seguramente en las próximas semanas para recibir la ayuda. En la primera entrega se beneficiaron 30 personas- equivalente a unas diez familias- y se está a la espera para otro grupo de gente que está en lista de apuntados para las ayudas.
De la misma manera, desde el viceconsulado se han detectado casos de extrema necesidad por lo que se priorizan las entregas, tal es el caso de una señora de 78 años sin la documentación en vigor a la que se tuvo que asistir de urgencia. También hay familias con niños que no permiten largas esperas para recibir los alimentos.
El futuro para nada es halagüeño. Puede ser apresurado lanzar una hipótesis de lo que sucederá, pero a Julio César Antelo no le cabe la menor duda que se va ser más difícil a medida que las ayudas humanitarias de la parte oficial se acaben. Y es que la gente que regular o irregular que no trabaja no tiene para comer ni para pagar un alquiler, lo que complica aún más la situación.
En las Islas Baleares, el colectivo boliviano asciende a 6300 registrados en la oficina consular. Un número bastante representativo en cifras por detrás de los marroquíes, argentinos, colombianos y ecuatorianos afincados en esta comunidad autónoma .
