En estos momentos de Crisis por la COVID19 nos preocupa sobre manera, la tendencia de la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza, por eso hay que poner el foco en la infancia. Esta crisis ha demostrado que la enfermedad no es democrática y que las familias vulnerables han sufrido un agravamiento de su situación.
El cierre de los centros educativos ha puesto de manifiesto de forma muy cruda la brecha de desigualdad existente en el acceso a una educación equitativa, inclusiva y de calidad, tanto en España como en el resto del mundo y, si no se adoptan medidas valientes e innovadoras, corremos el riesgo de que esta brecha se amplíe aún más.
Valoramos las políticas puestas en marcha para paliar estas carencias pero, para millones y niños, niñas y jóvenes, la escolarización a distancia no es una opción. La brecha digital es uno de los principales motivos, aunque no el único.
La falta de acceso a los centros educativos no tiene repercusiones tan sólo en términos de transmisión de conocimientos y mayor riesgo de abandono escolar, sino en otros aspectos tanto o más importantes, como pueden ser los problemas nutricionales, el riesgo de aislamiento social y la ausencia de protección frente a la violencia.
Durante todo este proceso de la pandemia, poniendo la mirada en la infancia, se nos ha planteado una oportunidad para acompañar a la infancia en su Derecho el Ocio y el Esparcimiento Universales, donde todos los niños, niñas y jóvenes tienen derecho a jugar, a esparcirse, porque es parte inalienable de su crecimiento y construcción de su identidad personal, así como el derecho a gestionar el aburrimiento, clave fundamental para el desarrollo de la creatividad, imaginación e incluso del manejo de las frustraciones.
La incertidumbre nos ha llevado a plantear necesariamente escenarios alternativos, por lo que no hemos parado nuestra acción con la infancia. El tiempo de confinamiento no ha sido fácil para muchas familias, especialmente aquellas con niños.
Desde Cáritas Mallorca hace muchos años que se lleva a cabo un acompañamiento tanto a niños como a sus padres, madres y referentes a través de proyectos con diferentes objetivos: refuerzo escolar, apoyo psicosocial, talleres familiares para mejorar las relaciones padres / hijos, etc.
En esta ocasión, desde el Programa de Acción de Base de Cáritas Mallorca, se han planificado una serie de sesiones de apoyo a niños y niñas que atiende la entidad después de la realidad que han vivido durante el tiempo de confinamiento y en el momento actual.
Son niños que ya participaban en los talleres de refuerzo escolar que la entidad había planificado durante el curso escolar a través de las voluntarias de los proyecto, en espacios como la Parroquia de Sant Pau, l’Assumpció de Palma o el proyecto ‘Diguem Coses’ en el barrio de la ciudad antigua.
Estos talleres de refuerzo escolar se habían detenido durante el confinamiento de forma presencial pero continuaban con el seguimiento telefónico.
Ahora, con este proyecto “Nos reencuentro”, ya través de 3 sesiones con los niños, se ha trabajado de forma grupal y también individual las emociones, los miedos, las preocupaciones, las dudas que han vivido durante el confinamiento y en la realidad de ahora.
A través del juego y otras dinámicas han generado espacios de convivencia y de confianza que han servido para trabajar las experiencias que muchos de ellos y ellas han vivido.
El objetivo era generar espacios de encuentro, de reflexión y diálogo entres los niños. Hablar de lo que han experimentado, de no crear distancia social pero sí física, por prevención. De cómo se debe continuar a partir de ahora, de cómo deben relacionarse y cómo deben actuar, tener confianza para avanzar cada día.
El trabajo que se ha realizado por parte de las técnicas de Cáritas a través de diferentes sesiones en un total de 20 niños, también ha servido para dar pautas a padres y familiares de los niños de cara a los próximos meses.
