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miércoles, julio 17, 2024
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    Editorial 375: Obras son amores y no buenas razones

    Por Juan Pablo Blanco

    Con motivo del Día de la Hispanidad leía estos días mensajes en las redes sociales de los partidos políticos que nos gobiernan rechazando el holocausto al que fueron sometidas las comunidades indígenas cuando en 1492 los españoles llegaron a encontrarse con otro mundo. Algunos le llaman conquista, prefiero no ahondar en detalles porque sería asunto para otro artículo de opinión.

    Los libros de historia nos hablan de asesinatos, tiranía, saqueos, violaciones, castigos… en fin solo la época es testigo de todas estas narraciones relacionadas a la barbarie humana. Normalmente a los que nacimos en América Latina en las clases de historia nos cuentan lo que cada autor interpreta a su manera y la recopilación de datos para construir los relatos.

    Siempre la historia nos ha vendido la figura terrorífica del conquistador torturador y asesino que llegaba a tierras americanas a sembrar el terror en nombre de la Corona y a apoderarse de la riqueza de nuestros pueblos.

    No faltan quienes convierten la historia en su propia leyenda. Cada relato se convierte en una versión diferente generando aludes de opiniones de acuerdo a la perspectiva ideológica y a su propia conveniencia.

    Hablar de los detalles sobre lo que sucedió hace 528 años es entrar en debates sin fecha de caducidad. Cada uno tiene su propia opinión de lo que la historia nos cuenta.

    Sin embargo, en esta época de pandemia me llama poderosamente la atención cómo es que las redes sociales se siguen convirtiendo en zona de confort para algunos políticos que se muestran incapaces de gestionar, también incluye a los que hacen la oposición.

    Para todos hay críticas, muchos de ellos dedican párrafos enteros a arreglar la historia sin que hayan logrado mostrar atisbos de capacidad para arreglar los problemas del presente en el mundo de los vivos.

    Está bien que algunos quieran solidarizarse por las matanzas de indígenas y marcar el Día de la Hispanidad como una fecha luctuosa. ¡Chapó!, se les aplaude su complicidad con los pueblos americanos. Pero también se les aplaudiría a quienes gobiernan que se pongan las pilas con los temas burocráticos de extranjería que están poniendo contra las cuerdas a cientos de inmigrantes que han perdido sus trabajos por una ineficiente gestión de la Administración, dicho por la propia, Delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo en la entrevista que le hicimos para esta edición.

    Señores políticos apelo a esta sonada frase que siempre me ha gustado: “obras son amores y no buenas razones”. En la práctica significa que el amor verdadero se expresa con acciones y no apenas con palabras, por bien intencionadas que parezcan.

    En Baleares por ejemplo es inminente la falta de una dirección general de inmigración, no propiamente para recibir subvenciones, sino para realizar políticas de integración social que buena falta hacen.
    Por el otro lado, a los que festejan el Día de la Hispanidad como una emblemática fecha para estrechar los lazos entre España y los países hispanoamericanos también les diría que esos gestos de amor se podrían traducir demostrando empatía con la gente que lo está pasando mal y decide irse de su país para poder darle de comer a su familia.

    Nadie emigra por gusto, salvo los que van en plan de turismo, negocios o con intenciones de estudiar. Por lo tanto, los discursos proselitistas desde los que se vende la idea de que los “ilegales” son delincuentes en potencia no tienen ninguna afinidad dentro del contexto de la solidaridad.

    El Día de la Hispanidad lo festejo en mi propio mundo con la gente que sin intereses de ideologías me ha abierto las puertas de este país y me ha brindado su sincera amistad.

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