Por Juan Pablo Blanco
La vida para ella no ha sido nada fácil, recuerda con tristeza los tiempos en que fue maltratada física y psicológicamente por su anterior pareja. En un comienzo, este artículo lo pretendíamos enfocar al ámbito de su empresa, concretamente con la descripción de una mujer que al día de hoy lucha para sacar adelante su proyecto profesional al que se dedica desde hace cuatro meses, y cuya denominación comercial hace honor a su apellido de temple: “Gestoría Bravo”.
BSF: ¿Coméntenos cómo fueron sus comienzos en Mallorca para abrirse paso?
Karen Bravo:
Llegué a un colegio católico a donde todo era dificultad, a pesar de mis esfuerzos por aprender me obligaron a repetir cuarto de primaria. Querían a toda costa que aprendiera catalán de un momento a otro. Me sentí discriminada. Fracasé y terminó por no gustarme. Suspendí todo, y le dije a mi madre que me cambiara de colegio, tenía diez años.
BSF: ¿Y qué siguió después?
K.B:
Mi madre me trasladó al colegio Son Espanyolet. Allí mi vida estudiantil cambió. El profesorado era diferente, me enseñaron a integrarme. En ese momento volví a sentir gusto por el estudio y todo mejoró notablemente. Sentía que debía recompensarle sus sacrificios. Mi progenitora nos trajo a este país junto con mis otros tres hermanos. Ella limpiaba casas y hoteles para sacarnos adelante a los cuatro, hipotecando su casa en Ecuador para darnos una mejor vida. Nunca nos dejó abandonados.
BSF: ¿Cómo describe la experiencia de ser madre en la adolescencia?
K.B:
Quedé embarazada a los 15 años, aun así seguí yendo al colegio. No me acomplejé. Terminé la ESO en 2009. A partir de ese momento comencé a trabajar de lo que me saliera, por ejemplo, en un bar donde era ayudante de cocina 40 horas semanales y me pagaban 500 euros mensuales. Luego trabajé en un centro de juegos recreativos. Allí estuve nueve meses y me hacían doblar turnos, algo que era imposible ya que me impedía atender mis obligaciones de madre, además de ser ilegal laboralmente. Por no estar de acuerdo con esas condiciones me despidieron. Después de esa experiencia me fui a trabajar a un bar regentado por un policía, que era un maltratador con su mujer e intentó explotarme laboralmente. No aguanté y me fui. Estos dos últimos jefes que tuve salieron en prensa por sonados escándalos y una tragedia, a uno de ellos lo asesinó su propio hijo. En definitiva no tuve suerte en estos trabajos, pero adquirí mucha fortaleza para afrontar la vida.
BSF: ¿Cómo comienza a abrirse campo en el área de las gestorías?
K.B:
Comencé a estudiar técnico superior de administrador de empresas en el 2014. Un año después encontré un trabajo de formación y aprendizaje en una gestoría de la Plaza España. Luego estuve llevando la parte contable de una reconocida inmobiliaria. Me pagaban bien y reconocían mis capacidades contables y mi desempeño en recursos humanos. Era lo que estaba buscando. Sin embargo, cuando regresé de unas vacaciones de Ecuador me encontré con que estaba cerrada por un caso de estafa que ha salido en todos los periódicos. Tenía imán para los problemas.
BSF: ¿Cómo fue su experiencia en la convocatoria en la que fue escogida por el Ayuntamiento de Alcúdia en el programa de Jóvenes Cualificados?
K.B:
Contrataban jóvenes en prácticas con contratos a tiempo definido. Fue una grandiosa experiencia. Estuve un año de noviembre del 2018 al 2019. Estando allí me quedé embarazada y unos pocos meses después de dar a luz monté mi gestoría.
BSF: Y finalmente llegó a donde se propuso…
K.B:
La verdad que muy bien, ha funcionado gracias a las referencias que tenían de mí.
BSF: Llega a hacer empresa en un momento complicado…
K.B:
Sí, es un gran reto, llego en época de pandemia en la que hay mucha gente bloqueada por culpa de la Administración.
BSF: ¿Qué es lo que más le ha sorprendido del funcionamiento de la Administración?
K.B:
La sede electrónica no funciona, los números de teléfonos casi ni existen. Nadie te atiende. La gente está indefensa. Intentas tramitar el Paro y la sede electrónica es inoperante. La gente llama al SEPE y nadie responde. Los teléfonos especiales de atención a las empresas que utilizamos las gestorías tampoco responden.
BSF: ¿Qué mensaje le envía a la gente?
K.B:
Que no se callen. La tecnología de la administración no es que vaya atrasada. Peor que eso, está totalmente obsoleta. No se crean el cuento de que estamos colapsados. La Administración nos pide paciencia, pero ellos no la tienen con nosotros. Se llegará el 30 de enero y cobrarán el cuarto trimestre, les da igual que con la pandemia alguien se quede tirado. Lo que deben hacer es incorporar más gente para dar un servicio ágil y eficaz a la ciudadanía.
