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Las cifras del sector turístico han caído en picado desde que comenzó la pandemia: en 2020, las visitas en España disminuyeron un 77,3% de respecto al 2019, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Y las perspectivas no son muy optimistas para este 2021. La última encuesta realizada entre el grupo de expertos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) muestra que un 50% de los encuestados piensa que el repunte no se producirá al menos hasta el año 2022. Y, cuando lo haga, no todos los tipos de turismo tendrán la misma demanda.
«Los turismos a pequeña escala posiblemente recuperarán fuerza antes de que el turismo de masas», afirma Xavier Medina, catedrático de Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y director de la Cátedra UNESCO de Alimentación, Cultura y Desarrollo.
«Ahora no tenemos tantas ganas de ser en una playa llena de gente en cualquier lugar del Mediterráneo, sino de visitar lugares menos masificados. Y el turismo gastronómico, que tiene un estatus opuesto al de masas, sí es un reclamo interesante actualmente », dice.
En opinión de Medina, los puntos clave que hacen que el gastroturismo sea una opción especialmente atractiva en la situación actual son su base local, el hecho de que sea una especie de turismo que el mismo viajero suele organizar de manera individual, familiar o en grupos reducidos, y el hecho de que sea, además, una actividad generalmente poco estacional y que se distribuya a lo largo de todo el año.
«Como los primeros viajes que se permitirán serán los más locales, los de proximidad, y el turismo gastronómico es de base local, tiene ventajas en este sentido. Otro aliciente es que este tipo de turista visita lugares que no son tan turísticos -lo que hace que en general haya menos gente- y los busca por otras razones, entre las que se encuentra la gastronomía », explica el catedrático de la UOC.
La naturaleza, aliada de la gastronomía
Independientemente de cuando se reanude la actividad turística, el grupo de expertos de la OMT prevé que entonces habrá un aumento de la demanda de actividades turísticas de naturaleza y aire libre, con una apuesta sobre todo por el turismo interno y las experiencias de «viajes lentos», en la que se saborean cada momento y cada lugar mediante experiencias como una visita a una bodega o el hecho de disfrutar de las tradiciones y las costumbres del lugar gracias a la comida de los restaurantes locales.
En este sentido, los territorios rurales, a los que se asocia buena parte del gastroturismo, «tendrán más demanda, entre otros motivos porque son, generalmente, los menos castigados por la pandemia», dice F. Xavier Medina.
El experto añade que habitualmente las actividades que se proponen en espacios al aire libre están cerca de localidades rurales, «de manera que este tipo de turismo ya está preparado para que haya una oferta gastronómica complementaria que le dé apoyo.
Si bien un turista puede visitar un museo o no, o elegir entre ir a la playa o descubrir el patrimonio arquitectónico del lugar, lo que seguro que hace es comer por lo menos tres veces al día. Por eso el turismo gastronómico puede salir muy reforzado », afirma.
Perfil del gastroturista
El hecho de que la cocina sea un reclamo o al menos un atractivo de peso- para hacer un viaje no es ninguna novedad. Según el III Estudio de la demanda de turismo gastronómico en España, elaborado por Dinamiza Asesores en 2019, el 82% de los españoles afirmaba entonces que durante los dos últimos años había hecho algún viaje o alguna escapada con la intención de disfrutar de la gastronomía.
El informe, basado en un millar de encuestas, destaca que los destinos preferidos de los viajeros para ir de tapas son el País Vasco, Andalucía y La Rioja, mientras que para comer en buenos restaurantes prefieren el País Vasco, Madrid y Cataluña.
Según Medina, que participará en una mesa redonda sobre turismo gastronómico en el VII Congreso Internacional Científico Profesional de Turismo Cultural, que tendrá lugar en Córdoba los días 17, 18 y 19 de febrero, una muestra que el turismo gastronómico tiene un poco de peso incluso todo durante la pandemia es que da resultados inesperados en forma de pedidos online de productos autóctonos que los turistas descubrieron en su día.
Como explica el catedrático de la UOC, el turismo gastronómico acerca la cultura de un lugar y deja un recuerdo importante en el visitante, que de este modo descubre determinados productos a los que incluso se puede fidelizar.
«Esto ya tiene efecto por ahora, porque se están haciendo pedidos a distancia de determinados productos relacionados con el turismo gastronómico. La gente que recuerda estos productos también recuerda donde los probó, los rememora en todo su contexto, y esto tiene un cierto éxito en tiempos como estos, en los que el turismo tal como la habíamos conocido no es posible », señala.