La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, ha anunciado que España aportará 50 millones de euros en un periodo de tres años, para apoyar a los principales países de acogida de refugiados y migrantes venezolanos en Sudamérica.
Durante la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos -celebrada el pasado 17 de junio de manera virtual y coorganizada por Canadá, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)-, la titular de Exteriores ha subrayado que “los países de acogida están dando una lección de solidaridad que merece todo nuestro apoyo. Es nuestra forma de decir al pueblo venezolano y a las comunidades de acogida en Latinoamérica que no les vamos a dejar solos. Siguen y seguirán contando con España”.
La crisis de refugiados y migrantes venezolanos sigue generando necesidades sin precedentes en Sudamérica y el Caribe. Más de 5,6 millones de venezolanos han abandonado sus hogares desde 2015 y más de 4,6 millones permanecen en la región, lo que la convierte en la segunda crisis de desplazamiento más grande del mundo, solo por detrás de Siria.
Asimismo, González Laya agradeció al Gobierno canadiense por haber asumido el liderazgo de la comunidad internacional de donantes en plena crisis de la COVID-19, tras la Conferencia celebrada el año pasado en Madrid. Esta, co-organizada por España y la Unión Europea, logró alcanzar compromisos por valor de 2.512 millones de euros, de los cuales casi 577 fueron donaciones. España fue entonces el cuarto donante entre los 30 países e instituciones participantes.
Los fondos destinados a paliar la situación de refugiados y migrantes venezolanos abarcan tanto acciones humanitarias de asistencia como acciones de desarrollo, entre las que destacan el fortalecimiento de sistemas de salud y la integración socioeconómica.
En la Conferencia de Canadá participaron donantes, países receptores, organizaciones internacionales, instituciones financieras internacionales, el sector privado y la sociedad civil. También incorporaron las voces de poblaciones afectadas por la crisis. Sus cuatro objetivos han sido: destacar los progresos realizados hasta la fecha, sensibilizar sobre los ámbitos prioritarios, movilizar recursos adicionales e identificar las acciones futuras para mantener la atención en la crisis.