Pedro Rosillo es un malagueño residente en La Rioja. Experto en investigación privada y en políticas de seguridad, director de seguridad integral, perito judicial y detective privado, que tiene dos canales de YouTube y uno en Twitch donde expresa su opinión y comenta las noticias de actualidad. Empezó en el año 2011, y además, ha escrito una novela titulada ‘El Arconte’, que trata del combate entre el bien y mal, tanto en la Tierra como en el Cielo.
Desde que empezó la crisis sanitaria han ido proliferando mensajes a través de las redes sociales, tanto escritos como mensajes de voz o vídeos, donde trabajadores públicos denuncian diferentes situaciones. No solo médicos y enfermeros, si no empleados en otros sectores. Sin embargo, lo que caracteriza muchos de estos mensajes es su anonimato.
El divulgador y creador de contenido Pedro Rosillo, de los canales ‘Pedro Rosillo’ y ‘El Arconte’ ha expresado su opinión a través de YouTube y explica precisamente esta situación que se está dando con bastante frecuencia en los últimos tiempos.
“Generalmente los testimonios anónimos no los suelo poner (en mis vídeos), porque no sirven para nada. Alguna vez excepcionalmente lo he hecho, y porque han coincidido con otros testimonios”, comenta Rosillo.
Por otra parte, también hace referencia a que el anonimato de muchas de estos mensajes se debe a que tienen miedo de perder sus trabajos, y porque dichas personas, en caso de ser descubiertas, se retractarían de sus propias palabras.
Pedro Rosillo califica estos mensajes anónimos como “un acto de cobardía en estos momentos en los que nos estamos jugando la vida de millones de personas y nuestra libertad”.
“Estas personas suelen trabajar en puestos públicos quieren seguir viviendo de Papá Estado que no quieren arriesgar su empleo, pero que de alguna manera quieren acallar su conciencia lanzando estos anónimos y que se la jueguen otros”, sentencia el divulgador malagueño.
El vídeo no tiene desperdicio alguno. Desde la calle (no hace falta ningún sitio especial), con un teléfono móvil en la mano, denuncia la cobardía de muchos de estos trabajadores públicos y les conmina a que den la cara y que cuenten la verdad de lo que están viviendo, de denunciar las órdenes ilegales y luchar por los derechos.