Los estudios muestran que la crisis mundial ha exacerbado los factores de riesgo asociados con las conductas suicidas, como la pérdida del empleo, el trauma o el abuso, los trastornos de salud mental y las barreras para acceder a la atención médica.
“El suicidio es un problema urgente de salud pública y su prevención debe ser una prioridad nacional”, dijo Renato Oliveira e Souza, jefe de la Unidad de Salud Mental de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO).
“Necesitamos acciones concretas de todos los elementos de la sociedad para poner fin a estas muertes, y que los gobiernos creen e inviertan en una estrategia nacional integral para mejorar la prevención y la atención del suicidio”, agregó.
A nivel mundial, una de cada 100 muertes es por suicidio, lo que la sitúa entre las principales causas de muerte en todo el mundo y la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de tráfico, la tuberculosis y la violencia interpersonal.
Cada año mueren más personas por suicidio que por VIH, malaria o cáncer de mama, o por guerras y homicidios, según la OMS.
El Día Mundial para la Prevención del Suicidio está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y cuenta con el respaldo de la OMS.
El tema de este año, “Crear esperanza a través de la acción”, se centra en la necesidad de una acción colectiva para abordar el problema.