En lo que va del año han llegado en patera a las costas de Baleares más de dos mil inmigrantes en 141 embarcaciones, según el último dato obtenido de la Delegación del Gobierno. La principal ruta de origen es Argelia. La injusticia social, el hambre y el deseo de buscar un mejor porvenir empujan a decenas de ellos a aventurarse al peligro, y por consiguiente, algunos se quedan en el intento como ocurrió recientemente en aguas de Cabrera, en donde desaparecieron 3 inmigrantes a comienzos de octubre.
Los medios de comunicación a diario hacen eco del reporte de las autoridades que confirman la constante llegada de estas pateras. Loable es el trabajo humanitario realizado por los efectivos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Salvamento Marítimo y las policías locales.
Ante este drama humano, las alarmas se han encendido sobre el previsible aumento de pateras que seguirán utilizando a Baleares y Canarias como ruta de entrada a Europa.
Como era de esperarse, representantes de partidos políticos han asumido diferentes posturas respecto a esta compleja temática. No obstante, desde Baleares Sin Fronteras nos pareció oportuno recoger el testimonio de Maribel Alcázar, presidenta desde mayo de este año de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma.
Cabe señalar que la representante vecinal también ha sido por varios años activista social, voluntaria en misiones en el África subsahariana y miembro activo de Veïns Sense Fronteres (Vecinos Sin Fronteras).
Esta ONG ha realizado acciones con éxito en Burundi, en Tanzania, en la República Democrática del Congo y en Mali, demostrando así el compromiso con su misión.
Para Alcázar, “la gente que llega no tiene la intención de quedarse en la Isla. La idea es buscar otro destino, la península u otros países europeos. Baleares es una ruta de entrada. Hay que recordar que existe un protocolo de intervención, es decir, a las 72 horas se debe resolver su situación. Afortunadamente en las Islas no están los CIE (Centro de Internamiento para Extranjeros)”.
Lo preocupante, según ella, es “la estructura con la que cuenta la Policía Nacional para hacerle frente a este desbordado número de personas que llegan”.
Desde su experiencia afirma que era un error lo que se iba a hacer en un comienzo. Concretamente llevar a los inmigrantes a Sant Jordi. “Iban a estar en terrenos pantanosos, era un exabrupto, las condiciones junto a la depuradora EDAR 1 eran inapropiadas e inhumanas”, para agregar que afortunadamente se corrigió y ahora están en el cuartel de Son Tous en unas mejores condiciones.
Respecto al provecho oportunista y rédito electoral que algunos políticos le quieren sacar a esta llegada masiva se mostró preocupada. “Existen discursos xenófobos y racistas que están calando en la sociedad”, desde su experiencia como voluntaria en África asegura que las mafias se aprovechan de las necesidades de estas personas. “Muchas de ellas no quieren salir de sus países, lo hacen porque no tienen más perspectiva de futuro, esto seguramente no parará, lo que sí tiene que atenuarse son los discursos de odio que se aprovechan de esta coyuntura”.
Este periódico también ha recogido la opinión de la consellera de Presidencia, Función Pública e Igualdad, Mercedes Garrido.
Argumenta que “la gente se sube a una patera para huir de la pobreza extrema o de las guerras”. Defiende la inmigración regulada, sin embargo, “cuando llegan pateras no se puede criminalizar a las personas que está a bordo de esas embarcaciones, pensando únicamente que vienen a delinquir a nuestro país. Esas personas vienen huyendo de situaciones extremas que tienen en sus lugares de origen”.
Garrido se refirió a ciertas actitudes xenófobas, racistas. “Hay que recibirlos con actitudes humanitarias. Creo que es lo que se ha planteado desde el Gobierno de España y también desde el Govern balear”.
De todas maneras admitió que hay discursos “peligrosos” que llegan a una parte de la sociedad. “Me preocupan los episodios que se han vivido estos días en la barriada de Son Roca. Lo que no podemos permitir es que una persona coja a algún residente de estos centros y le pegue una paliza” algo que demuestra que los mensajes de odio, racistas y xenófobos se están implantando. Lo que hay que hacer es combatirlos de raíz”.
En esa línea también expuso su punto de vista sobre los medios de comunicación que deben tener “una actitud deontológica. La diversidad de opinión se tiene que plasmar, pero no se le puede dar espacio al odio”.
