Carlos Alberto Fourcade Gerbaudo nació hace 44 años en Cruz Alto, en la provincia de Córdoba (Argentina). Este médico general y especialista en medicina del deporte llegó en al año 2008 a la isla de Ibiza, y a partir de ahí su vida ‘deportiva’ cambiaría.
“En Argentina estaban mal las cosas. A pesar de tener un buen trabajo, la inseguridad y otros problemas derivados hicieron que nos planteáramos la idea de salir, algo que nunca habíamos pensado”, comenta Fourcade.
Su llegada a Ibiza también fue circunstancial, ya que se enteró de que había una isla en España en la que necesitaban médicos y que se podía homologar el título. Así que no se lo pensó. Poco conocía de la pitiusa mayor, pero fue pisarla por primera vez y se enamoró del paisaje.
Los viajes siempre son una auténtica aventura, pero si incluyen el cruzar un océano, más que más. Toda una odisea para alguien que no había salido nunca del país sudamericano y que tampoco había pisado el mar. De ahí la anécdota que cuenta: “Me llevé 2 kilos de yerba mate porque no sabía si habría, y tuve que pagar sobrepeso. Al final resultó el sobrepeso en la maleta más caro del mundo”.
Jugador del CF Rapid, del Eivissa C.F tuvo que dejar el fútbol durante un tiempo a causa de una lesión en la rodilla. Sin embargo, en junio de 2014, y ya recuperado del inconveniente en la rodilla decidió fundar el Inter Ibiza, del cual fue jugador, durante dos temporadas. Según el protagonista de esta historia, la creación del club no surgió como un proyecto, si no por las circunstancias de la lesión. Después de esas emocionantes dos temporadas como jugador en su club, una lesión más complicada en el tendón de Aquiles y los gemelos, le obligaron a dejar el fútbol con 38 años.
“Al principio todo son problemas. Muchas personas me decían que no iba a durar ni dos temporadas, pero mi carácter es de ser tozudo, y si me empeño en algo lo tengo que terminar. Así que no paré hasta que pude ver ese sueño hecho realidad”, afirma Carlos Fourcade.
Un club nuevo, otra forma de jugar, distintas maneras de ver este deporte. Eso es lo que venía a aportar el Inter Ibiza, y algunos no lo acogieron tan bien. Por poner un ejemplo, este médico aficionado al fútbol cuenta que al principio hubo árbitros que no empezaban el partido si no era con presencia policial, sin que hubiera ocurrido nada. Ya con el tiempo lo ve como una anécdota, pero en el momento eran muchas cosas de las que estar pendiente.
En parte, dice, “lo mucho que hice creo que fue gracias a mi personalidad, impulsivo la gran mayoría de veces, pero poco a poco he ido aprendiendo a controlarme y a poder manejar ciertas situaciones que son complicadas”. También añade que se arrepiente de algunas cosas que hice, pero en líneas generales está contento con el trabajo realizado hasta el momento.
El camino de este curioso club lleva recorrido siete paradas, pero en la pasada temporada tuvo su logro más meritorio hasta el momento, el ascenso de categoría a la Tercera RFEF (tal y como se denomina a partir de esta temporada a la Tercera División, y que actualmente es el quinto escalón del fútbol español). Este era uno de los objetivos de este equipo, que desde hacía algunos años habían visto como se escapaba en el último suspiro.
A pesar de ser un objetivo marcado por el club, la Tercera RFEF no es nada fácil, y eso es lo que le habían dicho a Carlos Fourcade, algo que él se esperaba, pero no pensaba que sería tan difícil. Aún así, la meta para esta temporada es la permanencia. Algo que sin duda será una ardua tarea visto el nivel de los clubes.
“La llegada a esta nueva categoría ha significado un ‘mundo totalmente diferente’: bus para los desplazamientos, billetes de avión, comidas, papeles. Algo emocionante y complicado a la vez. Estaba acostumbrado al carácter ibicenco, que a mi entender, es más sosegado que el mallorquín, y eso lo he notado este año”, comenta el entrenador del club ibicenco.
Todo club deportivo, y más concretamente, de fútbol, aspira a seguir creciendo y es uno de los objetivos que se marca el Inter Ibiza a medio y largo plazo. Tras experimentar un auténtico boom en su fútbol base, gracias al ascenso del primer equipo a categoría nacional, hasta 200 jugadores componen la estructura de fútbol formativo.
Este club y su actual entrenador tenían la Tercera RFEF como techo, pero ahora mismo no se cierra las puertas a nada. Y como él mismo reconoce: “estar en este tipo de categorías es mucho lío pero claro que quiero subir”.
Ibiza parece haberse convertido en la ‘meca’ del fútbol balear en categoría nacional: UD Ibiza llega a la Segunda División, CD Ibiza-Islas Pitiusas consigue el ascenso a la nueva Segunda RFEF y en Tercera RFEF existe una amplia representación de la pitiusa mayor; SD Portmany, San Rafael, PE Sant Jordi, y desde esta temporada, también el Inter Ibiza.
Todo esto, a la vez de dar satisfacciones, también conlleva algunos problemas y es lo que ha ocurrido en Ibiza con la exclusividad de Can Misses para la UD, la habilitación de Can Misses-3 con césped natural y arreglos en el campo de Can Cantó. Según Fourcade “la situación les sobrepasó. Nunca se pensó que UD, CD e Inter subirían a la vez, aunque tarde o temprano iba a llegar esa situación”.
Además, añade que “en Can Cantó compartimos campo, pero medianamente estamos bien, y queremos continuar con la buena situación”
