La directora general de Turismo, Rosana Morillo, ha mantenido hoy una reunión con el presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Francesc Antich, y el director para España de la patronal de empresas de cruceros CLIA, Alfredo Serrano, con el objetivo de establecer los mecanismos que permitan llevar a cabo el acuerdo cerrado el mes pasado en Hamburgo (Alemania) para regular la llegada de cruceros a Palma.
El objetivo del encuentro es avanzar en el desarrollo del acuerdo alcanzado el mes pasado, que se produjo tras dos años de negociaciones y contactos constantes, y que permite que las Islas Baleares se conviertan en el primer destino nacional en lograr un compromiso de este tipo, que será efectivo ya este año, cuando el puerto de Palma recibirá un 14,5% menos de escalas que en 2019.
Tanto el Govern como la APB han trabajado de manera conjunta y coordinada en todo momento desde el inicio de las conversaciones con el sector y el ente presidido por Francesc Antich ha estado informado en todo momento del desarrollo de las negociaciones. En esta línea, el pasado día 22 de diciembre, Rosana Morillo, quien también es consejera del ente, informó al consejo de administración de los pormenores del acuerdo alcanzado en Hamburgo.
El consenso ha sido máximo entre ambas administraciones y a partir del acuerdo, el objetivo era fijar los mecanismos que permitan desarrollar el acuerdo, que se mantiene invariable y para lo que se han programado toda una serie de reuniones técnicas que han arrancado hoy en Palma.
Tras el encuentro, Morillo ha destacado la cooperación por parte de la APB para facilitar la implementación del acuerdo y dar respuesta a las necesidades del destino en cuanto a las actividades crucerísticas en el puerto de Palma.
El acuerdo alcanzado en diciembre en Alemania implica que este año sólo llegarán en el mismo día a Palma un total de tres cruceros, y solo uno de ellos podrá tener una capacidad superior a los 5.000 pasajeros, excepto 20 días de 2022. Es decir, en este año únicamente coincidirán en Palma el mismo día un megacrucero y otros dos buques de menor tamaño, lo que supondrá ya una reducción efectiva en el número de escalas que se trasladará también al número de visitantes.
Se trata de un acuerdo para los próximos cinco años, y pese a que las reservas de atraque en el puerto de Palma de 2022 están ya en su mayoría solicitadas y concedidas, tanto el Govern como las navieras han pactado también, de cara a este año, fijar una serie de días excepcionados en este acuerdo, que serán menos de 20, respetando así las escalas ya firmadas.
Solo en esas jornadas podrán atracar un máximo de 4 buques, después de que desde el sector, que ha mostrado una gran voluntad negociadora en todo momento, se haya hecho un esfuerzo por reprogramar sus operaciones para cumplir con las directrices. Además, recoge que en 2023 ya no habrá días excepcionados, por lo que no se podrá exceder el número máximo de cruceros por día pactados. Al mismo tiempo, el acuerdo recoge que no se podrán superar en ningún caso los 8.500 cruceristas diarios en cómputo semanal en Palma, por lo que las llegadas deberán ser siempre inferiores a esta cantidad.