La asociación de Forns i Pastisseries de PIMEM ha mostrado su satisfacción ante las ventas que se han hecho por Semana Santa. Consideran que los buenos datos se deben en gran medida a la fidelidad de los residentes en seguir la tradición gastronómica y también, aunque en menor medida, el interés por los visitantes durante estas fechas, sobre todo en zonas más concurridas por los turistas, sobre todo en Palma.
Respecto a los productos desde la asociación se asegura que se han seguido vendiendo las panades típicas de carne y guisantes y de sólo carne, pero donde se ha notado un retroceso, sobre todo en Palma, es en la venta de la panada más típica de cordero o las de pescado en Viernes Santo. Según la misma asociación “el consumidor no ha estado dispuesto a pagar un determinado precio por unas panades cuya calidad es un poco superior a las que se hacen durante todo el año”.
También ha caído la venta de la típica panada (el doble de grande que las minis que se venden hoy en día) ya que sale más cara que dos de pequeñas. “Se han priorizado las ventas asequibles, panades que se venden durante todo el año, pero siendo Semana Santa, simplemente se incrementan y acompañadas de los rubiols, sobre todo de requesón y cabello de ángel” según el vicepresidente de PIMEM, Miquel Àngel Torrens.
Respecto a las famosas Monas de Pascua, según la asociación, también ha habido una bajada en las ventas, aunque sigue habiendo mercado para aquellos consumidores que valoran una cierta creación artística y artesana y que quieren salir de la producción en serie de las grandes superficies. “Estamos rodeados de grandes superficies y sus establecimientos céntricos y la oferta de las monas es constante, producción en serie y a unos precios muy bajos. Competimos por calidad y creatividad y eso aún se valora” según Torrens.