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domingo, noviembre 24, 2024
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    “Si está muerto es culpa suya, esto no puede pasar en la España del siglo XXI”

    La pasada semana los medios de comunicación locales daban cuenta de la absolución de los dos profesionales de la salud que atendieron a Alpha Pam, fallecido de tuberculosis sin tratar en 2013. Vale recordar que el joven africano no tenía documentación en regla en España en aquel entonces y fue remitido desde el Centro de Salud de Can Picafort hasta el Hospital de Inca para que le siguieran el tratamiento médico. No obstante, el cuadro clínico del senegalés se complicó y murió dos semanas después de ser atendido.

    En la sentencia a la que tuvo acceso Baleares Sin Fronteras, se describe que el 25 de febrero del 2013, Alpha Pam, 27 años, junto a un amigo africano, ambos en situación irre gular administrativa, acudieron a la unidad básica de salud de Can Picafort. El primero de ellos presentaba una tos desde hacía un mes y medio y requería una prueba de tuberculosis debido a que había estado en contacto con un matrimonio que tenía un hijo aquejado de esta enfermedad.

    La doctora en cuestión le realizó al paciente la prueba de detección rápida “mantoux”, para determinar si presentaba o no cuadro clínico de tuberculosis. Tres días después los resultados dieron negativos, pero al sospecharse que pudiera tratarse de un caso primario del brote, la profesional derivó a Alpha Pam al Hospital de Inca para hacerse una radiografía de tórax, tal y como quedó reflejado en el informe médico.

    No obstante, se daba la circunstancia personal en aquel momento, en virtud de la Ley Rajoy 16 del 2012 del 20 de abril, para garantizar la sostenibilidad del sistema nacional de salud y mejorar la calidad y la seguridad de sus prestaciones, que los extranjeros en situación administrativa irregular quedaban excluidos del sistema público de salud, y por lo tanto, no tenían asignado ningún médico de cabecera, concretamente este Decreto Ley afectaba a Alpha Pam.

    En el resumen de la sentencia se afirma que el Hospital de Inca dependía del Ib-Salut, y en esa línea, se le exigía al paciente africano comprobar su situación administrativa en España, y la firma previa de un documento denominado “compromiso de pago urgencias” en el caso de estar irregular.

    Uno de los momentos del juicio por el caso Alpha Pam. Foto cortesía de mallorcadiario.com

    En el documento de 20 folios, la magistrada agrega que no consta que Alpha Pam en los días que le siguieron al informe de derivación de Can Picafort, acudiera en dos ocasiones al Hospital Comarcal de Inca para que le realizaran una radiografía de tórax y no fuera atendido por encontrarse en forma irregular.

    Añade que el 5 de abril el joven africano acudió sobre las 19h acompañado de dos personas al Hospital de Inca. Una vez allí se dirigieron al mostrador de urgencias en donde se entregó el informe de derivación, pero al no disponer de tarjeta sanitaria, se le exigió la firma del compromiso de pago para poder ser atendido, y tras firmarlo, la auxiliar administrativa de admisión procedió a introducir sus datos personales para luego indicarles que fueran a la sala de espera mientras era atendido.

    Alpha Pam, junto con uno de sus acompañantes, pasó a la zona de triaje donde fue atendido por el enfermero. La sentencia señala que Alpha Pam informó al enfermero que había estado en contacto con una persona que había tenido tuberculosis, que dicho sea, ya estaba sana.

    Acto seguido fue atendido por la doctora. Y es que a tenor de lo que la sentencia advierte, a ella tampoco se le aportó el informe médico de Can Picafort, ni la orden para realizarse las pruebas complementarias para determinar su estado de salud, concretamente la radiografía del tórax.

    Finalmente la médico le diagnosticó bronquitis aguda formulándole una medicina para seguir el tratamiento. Sin embargo, la cosa fue a peor y el joven africano murió de tuberculosis el 21 de abril en su domicilio de Can Picafort.

    Con todos estos antecedentes, la jueza consideró correcta la actuación de los dos acusados, enfermero y médico, y que no infringieron la lex artis, principios éticos de la práctica médica.

    Baleares Sin Fronteras reproduce las declaraciones de una de las dos abogadas defensoras de Alpha Pam. La letrada Aina Díaz se mostró indignada por cómo la defensa de los dos profesionales de la salud, la compañía de seguros y el Ibsalut han responsabilizado al joven africano de su propia muerte.

    Aina Díaz, abogada defensora de Alpha Pam

    Baleares Sin Fronteras: ¿Cómo resume este caso mediático que le ha dado la vuelta a toda España, e incluso se ha producido un documental que ha llegado a los cines?

    Aina Díaz: Es un juicio que ha durado nueve años, Alpha murió el 21 de abril de 2013 después de estar unos meses enfermo y tras una atención médica no adecuada en el hospital de Inca. Las abogadas que llevamos este caso consideramos que este fallecimiento se debió a una imprudencia profesional. Él fue con una hoja de derivación que explicaba claramente que había mantenido contacto con alguien enfermo de tuberculosis, decía claramente ‘posible caso primario en el brote de tuberculosis de Can Picafort’. Alpha llevó esta documentación que fue entregada al personal de admisión del hospital.

    BSF: Ustedes como abogadas de Alpha se reafirman en que la defensa de los acusados no puede sustentar las alegaciones en el desconocimiento de esa derivación desde Can Picafort…

    A.D: Por supuesto. Es más, el propio enfermero reconoce que estuvo hablando con él, sabía que había mantenido contacto con personas aquejadas de tuberculosis. Sin embargo, pese a esas pruebas, no acabamos de entender cómo se llegó a decir que no era portador de tuberculosis.

    En admisión no activaron ningún tipo de protocolo por tuberculosis. Además, es sorprendente que Alpha haya entrado a la consulta de la doctora y ahora digan que no aportó las pruebas de la derivación de Can Picafort.

    Es poco creíble la versión de la doctora, él mismo pidió a la unidad básica la prueba de “mantoux” para saber si estaba contagiado o no de acuerdo al brote que había en ese municipio.

    BSF: ¿Qué acción preventiva adoptó Alpha cuando se enteró de este brote de tuberculosis en Can Picafort?

    A.D: El propio padre de los niños contagiados había pedido a su entorno que avisasen a todos los contactos para que se hicieran una prueba. Alpha actuó diligentemente, intentó salvar su vida, es obvio que al no tener un médico de cabecera afectó su salud, y no es menos cierto que la atención que recibió en Inca fue imprudente y con poca profesionalidad, 16 días después estaba muerto.

    BSF: ¿Cómo se debió haber procedido desde la perspectiva profesional, según los argumentos que ustedes esgrimen?

    A.D: Si hubiesen auscultado y detectado lo que tenía en los pulmones con la radiografía, estaría con muchas probabilidades de vivir, el tratamiento lo habría salvado. Lo que está claro es que la atención sanitaria que recibió del enfermero y la doctora lo privó de la oportunidad de vivir. No puede salir un señor del hospital con un diagnóstico de bronquitis cuando va con un papel que dice claramente que ha tenido contacto con alguien afectado de tuberculosis. La doctora se escuda en que lo envió a un control de médico de cabecera. Además, cómo es posible que envíe a un médico de cabecera a alguien que no tiene derecho a ser atendido por una normativa que ya se estaba aplicando hace un año y que impide atención sanitaria a las personas sin documentación en regla. Es decir que si está muerto es culpa suya y no por la deficiente atención sanitaria, esto no puede pasar en la España del siglo XXI, en un país del primer mundo.

    BSF: ¿Qué harán después de la sentencia de absolución?

    A.D: Por solicitud de la madre de Alpha Pam, que es la acusación vamos a recurrir ante la Audiencia Provincial y pediremos que se valoren todas las pruebas de una manera diferente a la que lo ha hecho la jueza. Consideramos que ella se ha equivocado, la sentencia pone énfasis en todo el procedimiento sanitario que se activa, pero no se centra en la deficiente atención que recibió. Pondremos en entredicho todas las pruebas valoradas en esta primera instancia, esperemos a ver qué determina la Audiencia Provincial. Resuelva lo que resuelva, seguiremos adelante, y si es necesario iremos al Tribunal Supremo que tiene mucha jurisprudencia en temas de imprudencia profesional y tenemos ganas de saber qué opina respecto a este asunto. Vale la pena que quede sentada jurisprudencia sobre un caso de estos, no se descarta que se vengan tiempos terribles si entrasen a gobernar el PP y Vox y vuelvan a hacer lo mismo, es necesario que sepan qué se debe hacer en estos casos.

    BSF: ¿Qué es lo que más le ha indignado de toda esta historia con triste final?

    A.D: Que se cuestione a Alpha de actuar no diligentemente ante la enfermedad, en definitiva, la tesis de la doctora, el enfermero, la compañía de seguros y el Ib-Salut son insultantes. Dicen que Alpha no fue al médico las veces necesarias. Lo acusan de no haberse cuidado y de ser fumador.

    Le echan la culpa de haberse muerto. Esto se me asemeja a las víctimas de violencia machista que son violadas y luego les culpan a ellas por llevar la falda corta. Me cuesta creer que digan que no ha fallado la atención sanitaria, o que ignoren un Real Decreto infame del gobierno de Rajoy que eliminaba la asistencia gratuita y universal a todos los enfermos, y peor aún si no tenían papeles.

    BSF: ¿Cómo describiría la vida de Alpha Pam?

    A.D: Alpha Pam tenía ganas de seguir viviendo, se había cruzado el Atlántico en patera para llegar a Canarias y luego a Baleares para alimentar a su familia. Como dijo su madre en el juicio que declaró por video-conferencia, él era la única fuente de ingresos para ellos.

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