Por Lucía Duque Ríos
Las actividades artísticas se plasman con la finalidad de comunicarse, la estética juega un rol fundamental.
El taller onírico empezó a formarse a mediados de 2020 en Palma, sita en la calle Misiones 19, con piezas de construcción de diferentes formas, tamaños y materiales, que reciclaban para luego transformar y crear parte de muchos de sus proyectos.
En este taller, Marlon, un buen pintor, escultor y creador de títeres, marionetas y autómatas para espectáculos y obras teatrales en compañía de su pareja, la búlgara Sofía, se complementan de la mejor manera.
Ambos desean compartir una apuesta por el aprendizaje no formal basado en el juego y en el desarrollo del conocimiento desde la curiosidad, que trasciende por la imaginación al experimentar con diferentes materiales alguna pieza, además, provocando que el aprendizaje suceda de manera activa desde la manipulación y la vivencia compartida para luego darle forma y nombre, simplemente, allí cada uno manifiesta la idea que desea desarrollar.
El ecuatoriano autodidacta
Marlon Salazar (10 agosto 1971) es un autodidacta ecuatoriano de la provincia La Lonja, lleva 20 años en Mallorca dedicado exclusivamente al arte, la pintura, las esculturas y el performance en la Calle San Miguel.
Recuerda su primera participación en la Primera Bienal de Arte Contemporáneo celebrado en la Plaza de Toros (2018) con la propuesta Island Arte.
Hablando de dicha convocatoria, cabe decir que fue una original galería de cuatro días con diferentes disciplinas artísticas y escénicas, como arte, performance, música, teatro, arte urbano, e incluso, una variada oferta gastronómica.
Comenta que en su rol de actor estuvo presente en el Teatro Sans Mallorca hace 8 años, además en su faceta se incluye la exposición de obras en Mega Park y Tito´s como en la Demence y en la Maleta Roja.
Después de la pandemia, verano del 2021, estos dos talentos fueron contratados gracias al apoyo del regidor de cultura del ayuntamiento de Andratx para recrear un performance en la Nit de l’Art en s’Arracó.
Allí exhibieron esculturas blancas representando a tres modalidades del arte contemporáneo. La velada despertó buenos comentarios gracias al baile de Sofía y su monigote llamado Carlos, otra de sus creaciones mecánicas.
La búlgara con su propio estilo de arte
Sofía Petrova (12 junio 1982) estudió en el Colegio de Bellas Artes de los 14 a los 18 años. Más adelante, durante siete años pasó por varias escuelas aprendiendo con los mejores artistas que vivían y pernoctaban en su país natal.
Ella estudiaba diseño industrial y diseño gráfico para luego poder estar en las galerías participando en varias exposiciones. Llegó a Mallorca en 2014 después de pasar un año trabajando en obras por encargo para una prestigiosa galería de Nueva York.
Recuerda la época en que la comunidad búlgara formaba una asociación, que se fue expandiendo en varios oficios y mano de obra por las Islas Baleares.
Descubrió entonces que era el momento para realizarse como artista fuera de su entorno, así empezó a ser independiente apostándole a su estilo de ver el arte a través de la percepción.
En el taller de arte onírico también se disfruta de la música, el vino y la fiesta, por ello, salen en las tardes a la calle San Miguel en donde se ganan los aplausos de los turistas y transeúntes residentes que les admiran, y alguna monedilla les dejan por su arte.
Ahora que saben su historia, seguro van hacer un alto en el camino cuando transiten por esta emblemática calle palmesana.