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domingo, noviembre 24, 2024
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    Abdellah Bidou: “Tenemos sangre mezclada de muchas culturas, nuestro estilo de convivencia es universal”

    En la calle d’Anselm Turmeda número 7 de Palma está localizado el consulado más grande de las representaciones diplomáticas de Baleares. En un inmenso bunker de dos plantas distribuidas en dos enormes salones donde se atienden un promedio diario de 250 personas de origen marroquí.

    Para responder a tal demanda de usuarios de trámites hay quince personas trabajando para el consulado de ese país.

    No es para menos la exigencia, pues es la comunidad extracomunitaria más numerosa es la de Marruecos.

    En la visita que hicimos a la sede consular, lo primero que le preguntamos al cónsul Abdellah Bidou, fue por el número de registrados en el consulado. La cifra asciende a los 52 mil residentes en esta parte del mediterráneo.

    Debido al crecimiento del colectivo de este país, desde 2011 el Gobierno del Reino de Marruecos no escatimó esfuerzos en dotar a sus connacionales de todas las facilidades del caso para realizar las gestiones más solicitadas.

    Los trámites más demandados por la comunidad marroquí son la expedición de pasaportes y diversas gestiones de carácter social y documentos oficiales notariales.

    Cada usuario tarda aproximadamente entre 15 o 20 minutos en realizar un trámite burocrático, no obstante, a tenor de los avances tecnológicos varias de estas diligencias consulares se van a digitalizar a partir de este 7 de octubre para simplificar tiempos de desplazamientos y esperas, concretamente, los usuarios deberán pedir cita para ser atendidos personalmente.

    Cabe destacar que la tecnología con un código permitirá a los ciudadanos marroquíes tramitar electrónicamente su propio DNI, lo que supone un avance fundamental para la agilización de estos documentos, es decir, “poco a poco nos convertiremos en un consulado móvil a distancia”, manifiesta el cónsul.

    De todas maneras, esto no significará que lo presencial se pierda, pues para Bidou, los funcionarios del consulado siempre están en permanente contacto con los usuarios para informarles sobre posibles inversiones en Marruecos o temas sociales que afecten la vida de las familias, por ejemplo, las reformas a la ley de extranjería.

    Y es que sobre este último aspecto, el representante consular incide en el aporte de la comunidad de su país al desarrollo de la economía de Baleares. “El campo progresa gracias a la mano de obra de los marroquíes, también hay muchos comercios regentados por la gente de nuestro país”.

    Contrario a lo que se dice en algunos sectores, en su concepto, “la comunidad de su país es pacífica, no entra en conflicto con los políticos y la administración por temas de derechos”, para agregar incluso que le sorprende el discurso suave de algunos de los representantes de su país de cara a la administración. “Pagan sus impuestos, trabajan, pero no exigen”, aludiendo a la reivindicación de un cementerio para musulmanes, un tema que está en la palestra pública desde hace varios años.

    Uno de los graves problemas que enfrenta la comunidad marroquí apunta al fracaso escolar, por ello Abdellah Bidou le confirmó a este periódico que el propio consulado está elaborando un estudio. “Estamos trabajando sobre la situación del fracaso escolar de la comunidad marroquí en Baleares”.

    Oficinas del consulado de Marruecos en Palma.

    Desde su punto de vista le parece grave la coyuntura que se presenta en estos momentos sobre jóvenes que no se interesan por el estudio. “No es un fenómeno solo de nuestra comunidad, es algo que perjudica a la población en general, sin embargo, nosotros debemos estar alerta con nuestras segundas y terceras generaciones para resolver un problema en el que deben intervenir todas las autoridades”.

    Es preocupante que de las nacionalidades con más bajo acceso a la universidad sea la marroquí.

    “Hemos detectado un bajo porcentaje de estudiantes, este es el punto que más nos inquieta”, para añadir que el problema puede generarse a las condiciones de vida de algunos jóvenes desarraigados al sistema, por ejemplo, a los niveles de escolarización y al alto coste de los estudios superiores que no pueden asumir las familias.

    “He hablado con las autoridades locales de la Isla para exponerles el problema, creo que nuestro país siempre ha sido una tierra de inmigrantes desde hace siglos. Tenemos la sangre mezclada de muchas culturas, sin embargo, otras no entienden que la convivencia es algo universal, lo que falta es la aplicación de convenios internacionales para que la gente pueda vivir y trabajar de manera normal”, subraya el cónsul marroquí.

    Estigmatización y conflicto saharaui

    Al responder a la pregunta de este periódico sobre los prejuicios que se forman en la opinión pública alrededor de una cultura y las estigmatizaciones por lo negativo, Abdellah Bidou es contundente: “Pueden pensar lo que quieran, la prensa también es libre de publicar lo que estime conveniente o determinados políticos pueden usar el discurso que les parezca, pero las cifras están a la vista de todos. En Baleares hay 52 mil marroquís y en las cárceles las estadísticas apuntan a trescientos detenidos. El porcentaje de quienes delinquen es bajísimo, eso es lo que realmente debe importar. La gente en su gran mayoría es abierta e inteligente y no meten a todos en el mismo saco por su nacionalidad o procedencia”.

    La comunidad marroquí en general, siempre ha respetado las costumbres de España. En concepto, “aquellos que se quieran saltar las leyes o las normas no representan la escala de valores y buenos principios de nuestros connacionales”.

    Funcionario del consulado atendiendo a unos ciudadanos marroquíes.

    Respecto al conflicto del Sáhara, el representante gubernamental de Marruecos expone su punto de vista: “La realidad se debe abordar desde todas las perspectivas y no desde lo que diga el Polisario”, para acto seguido cuestionar su rol. “Se aprovechan de las ayudas de España, van en su propio beneficio, muchos no trabajan. El verdadero pueblo saharaui está en Marruecos con un 84% que participa en el desarrollo de su tierra, además desde las elecciones han participado en el proceso democrático con sus representantes en el gobierno, en el parlamento y el Consejo Real”.

    Al referirse a los movimientos en otros países, entre ellos España que apoyan las reivindicaciones del Polisario, Bidou advierte que se deben escuchar todas las partes. “Sabemos que el Polisario es una marioneta de Argelia. La prueba es lo que ha ocurrido en estos últimos meses cuando España ha declarado su apoyo al plan de autonomía, lo dice además el Consejo de Seguridad. Contrario a la forma de operar del Polisario que siempre está hablando de guerra, y lo peor, es que entrenan militarmente a menores de edad, y de eso poco se habla. Lo que vemos en la prensa son las vacaciones de estos chavales, pero da terror ver a los niños que están militarizando, eso se debe denunciar.

    Sus declaraciones las complementa argumentando que gran parte del pueblo saharaui vive en las provincias del sur de forma digna, y saben que la mentira tiene sus límites.

    Quince funcionarios del consulado de Marruecos en Baleares atienden un promedio de doscientas cincuanta personas al día.

    “Al hablar del Frente Polisario, se me viene a la mente una organización que solo representa a un 20 %; han secuestrado a menores, asesinado y violado a mujeres. No se puede seguir cerrando los ojos a esto, y ahora con el entrenamiento con armas a los más jóvenes ante los ojos del mundo”.

    Finalmente, respecto a la llegada masiva de inmigrantes provenientes de África, especialmente de Argelia, el cónsul marroquí defiende la necesidad de trabajar de forma mutua para contener esta forma de inmigración irregular para encontrar todas las medidas de legalización.

    Marruecos ha contenido olas de inmigración de los países del sur del continente, por eso es fundamental buscar una estabilidad política que luche contra los movimientos terroristas y que las mafias explotadoras de las necesidades sigan aprovechándose del dolor ajeno.

    Abdellah Bidou, cónsul de Marruecos en Baleares.

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