La Fundación Deixalles pone a disposición de las personas con riesgo de exclusión o baja ocupabilidad diferentes itinerarios personalizados prelaborales que trabajan tanto la inserción laboral como las habilidades sociales y personales a partir de los talleres de selección y revisión de objetos y artículos que dona la ciudadanía y con actividades donde se trabajan las competencias personales sobre nuevas tecnologías, sexualidad, igualdad o educación ambiental. «Son diferentes tareas complementarias a estos talleres, que permiten entrenar las habilidades a las personas», explica Xesca Martí, la directora de la Fundación Deixalles. «No puede haber una inserción sociolaboral si no se trabajan otros aspectos que dificultan el acceso al trabajo», afirma Maribel Casado, técnica social de la entidad. La finalidad, apunta, es que «tengan una visión más integral y la puedan aplicar en otros ámbitos de su vida», gracias a la coordinación entre monitores y trabajadores sociales que permiten que «la persona tenga un retorno de todo su proceso para mejorar de cara a una inserción sociolaboral».
En total son 5 talleres de 58 plazas, repartidas entre Mallorca y Eivissa, en las cinco delegaciones que la entidad tiene en Palma, Inca, Manacor, Sóller y Eivissa. Son el taller de juguetes, de desechería, el de donaciones y venta, el de libros y el de selección de ropa, que permiten «trabajar ya sea una cuestión de resolución de conflictos o de imagen, para activarse después de mucho tiempo sin empleo, teniendo una estructura de horarios», explica Casado. «Cada itinerario es personalizado en función de las necesidades detectadas o que la misma persona expresa o que se van detectando durante los itinerarios. Llevan mucho tiempos inactivas o no tienen mucha experiencia laboral, entonces este espacio permite tener esta estructura de horarios, trabajar ciertas habilidades que serían las que te encontrarás en una empresa ordinaria una vez acabes aquí», puntualiza.
La dispersión territorial y «el hecho de tener proyectos en la Part Forana permite que algunas personas que no tenían un margen ancho de oportunidades puedan ser atendidas a través de nuestros proyectos», explica Martí.
Mónica Anguera es operaria responsable de la desechería de la entidad. «Venía de una época de no trabajar, un poco larga, y me ha supuesto una reactivación tanto a nivel personal, de volver a tener unos horarios, como a nivel laboral, lo que és una empresa, volver a trabajar de nuevo”.
La Conselleria de Asuntos Sociales y Deportes financia los cinco itinerarios, a través del IRPF Social, lo cual permite «dar estabilidad al proyecto y al mismo tiempo también al itinerario y a la atención de la persona, que cobra a su vez una beca de inserción que en muchas ocasiones es el único ingreso que tienen estas personas».