Por Abderrahim Oudrassi
La economía verde como eje en el nuevo orden mundial, promueve la sostenibilidad y la protección del medio ambiente a nivel global. Esta economía promueve la conservación y protección de los recursos naturales, a la vez que fomenta la innovación y la adopción de tecnologías limpias y sostenibles como la energía solar, eólica, la biotecnología y la tecnología del hidrógeno verde.
El proyecto “Power to Hydrogen Mallorca” es un perfecto ejemplo de la importancia y la necesidad de esta economía. Este proyecto se inició con la primera planta industrial de hidrógeno renovable en España.
Instalada en Lloseta, esta planta forma parte del objetivo de descarbonizar la isla. Este proyecto consta de una planta de electrólisis, el desarrollo de dos plantas fotovoltaicas que la alimentan, una estación de hidrógeno verde en la isla.
España con proyectos como el que tenemos en la isla, quiere ser pionera en la exportación de hidrógeno verde bajo el paraguas de Hydeal España, quiere formar parte del Hub del hidrógeno renovable más grande del mundo. El objetivo es suministrar para la producción de acero, amoniaco, fertilizantes verdes y otros productos industriales bajo en carbono.
Conseguir poner en el mercado un kilo de este hidrógeno verde a 1,5 euros, es la ambición de este plan.
Paso a paso, Marruecos se ha ido posicionando como líder en la economía verde a través de sus diferentes planes en energía renovable. Siendo un país que dependía del exterior para el 90% de su necesidad energética, adoptó un plan para que en el 2030 llegase a producir el 52% de su energía. Según la publicación “Green Future Índex”, el ranking de la prestigiosa MIT, Marruecos en la actualidad lidera la transición energética y encabeza la producción de energía limpia en el norte de África y oriente medio.
La empresa estatal marroquí OCP, líder mundial en la exportación de fosfatos, presentó hace pocos días su programa de inversión verde 2023- 2027, este nuevo programa pretende aumentar la capacidad de producción de fertilizantes con el objetivo de conseguir la neutralidad en carbono antes de 2040.
El grupo pretende abastecer todas sus instalaciones con energía limpia en los próximos cinco años mediante inversión en tecnología solar y eólica. Como principal importador del amoniaco, el objetivo del país es desprenderse de esa dependencia y sustituirla por una gran inversión en el amoníaco verde y el hidrógeno verde.
La guerra en Ucrania abrió al mundo nuevos horizontes de cooperación. Se han invertido las posiciones de poder económico establecidas hasta el momento. Proteger el medio ambiente y librarse de la dependencia al gas son prioridades que se han instalado en las agendas de casi todos los países. Proyectos como el de Lloseta en Mallorca, o planes como el de la OCP en Marruecos, abren el camino a nuevas alianzas entre los dos países y sus empresas. ¿Será 2023 el año de la cooperación energética entre España y Marruecos?