Por Farouk Pino
Portavoz de la Plataforma por la Inmigración
Desde la Plataforma de la Inmigración estamos preocupados por los acontecimientos suscitados este último 28 de mayo tras el avance de la derecha y extrema derecha que han conseguido obtener la mayoría de representación parlamentaria y la estrepitosa caída de todos los partidos de izquierda.
Lo más preocupante es el mensaje de racismo y odio a la colectividad inmigrante, que ha estado inmerso tanto en la campaña proselitista y en los diversos discursos de la extrema derecha. Por esta razón, las asociaciones que hemos trabajado, constantemente por los derechos de la inmigración, estamos en estado de alerta y sostendremos diversas reuniones para poder iniciar los planes de contingencia ante los derechos que nos ha costado recuperar.
Entre los logros obtenidos, se encuentra la reforma de la ley de extranjería, la facilitación a las asociaciones de inmigración para poder gestionar los primeros permisos de residencia, mediante el uso de sus certificados digitales y la plataforma mercurio; la solicitud al parlamento sobre la regularización de las personas extranjeras que durante más de 7 años no han podido acceder a su documentación, por la escasez de funcionarios en extranjería, y el no acceso a la cita previa que permaneció cerrada por más de 5 años.
Espero que estos señores tengan en cuenta que Baleares es la comunidad donde conviven 300 nacionalidades distintas, y cerca del 30% de la población, es inmigrante, las condiciones programáticas de los vencedores de estas elecciones no se aplican dentro de una comunidad tan cosmopolita como lo son las Islas.
Lamentablemente este cambio político desde ahora hace ver la intolerancia de los pobladores, quienes ya no tienen reservas al expresar comentarios racistas, sabemos que no es toda la población de esta comunidad autónoma, pero, sí se está extendiendo a las comunidades de fuera del área urbana y pueblos de Mallorca.
Lo más preocupante es la idea equivocada de nacionalismo que se han difundido por redes sociales hacia la juventud, que ha tomado como una nueva moda las expresiones fascistas como si la historia de la Alemania de Hitler se repitiera, reclutando a los más jóvenes, que hacen eco de las palabras escuchadas en la campaña de estos partidos, como si de una jerga de moda se tratara.
