Por OCU
Esta prohibición de la Unión Europea forma parte del Plan de Acción Contaminación Cero, que busca reducir la contaminación por microplásticos en un 30% para el año 2030.
¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son diminutas partículas de plástico de menos de 5 milímetros que se incorporan deliberadamente en algunos productos, o se generan por el desgaste de objetos de plástico más grandes. Estas partículas no son biodegradables y cuando llegan al mar son casi imposibles de eliminar.
Si son aún más pequeñas, de menos de 100 nanómetros, se les llama “nanoplásticos”.
Prohibidos los microplásticos añadidos
La prohibición recientemente aprobada solo se refiere a los microplásticos que se incorporan de manera intencionada, que se encuentran en una sorprendente variedad de productos cotidianos, como la brillante y divertida (aunque contaminante) purpurina, pero también en:
- El relleno granulado que ponen en las canchas de deportes artificiales que, sorprendentemente, ¡es la mayor fuente de microplásticos en el ambiente!
- Los cosméticos, como las cremas, geles y maquillaje, que a veces usan microplásticos como emulsionantes, gelificantes o para dar viscosidad. Pero no son indispensables, y de hecho hay marcas que no los usan.
- También se encuentran en detergentes y suavizantes de ropa, por ejemplo en las microcápsulas de perfumes que se liberan progresivamente. Aunque la industria también está innovando hacia alternativas más biodegradables.
- Y en fertilizantes, productos para proteger las plantas, juguetes, medicamentos y hasta dispositivos médicos.
Microplásticos hasta en la sopa
Desde los años 50, los plásticos se han vuelto omnipresentes en la vida moderna debido a su bajo costo y sus propiedades únicas. Sin embargo, el 60% de los plásticos termina en vertederos o en la naturaleza, generando una crisis ambiental de difícil solución.
Los microplásticos están por todas partes. Ya se encuentran en el mar, el suelo, el aire, los animales, alimentos, el agua potable, e incluso en nuestros propios cuerpos.
OCU analizó 102 alimentos de origen marino y detectó la presencia de microplásticos en 69 de ellos: La sal contenía microplásticos en el 66% de las muestras, los moluscos en el 71% y los crustáceos en el 66%.
Esta contaminación representa una amenaza tanto para nuestros ecosistemas como para la salud humana al ser inhalados o ingeridos.
Además, es posible que las cantidades reales sean mucho mayores de lo calculado, ya que la mayoría de los equipos de análisis no pueden detectar partículas menores de 10 a 50 micrometros (es decir, partículas un millón de veces más pequeñas que un metro, pero mil veces más grandes que un nanómetro).
Navidades sin “brilli brilli” plasticoso
La prohibición entrará en vigor a finales de Octubre 2023, empezando con la purpurina no adherente y microesferas. Sin embargo, la prohibición del resto de productos comenzará a aplicarse más adelante, para dejar tiempo a las partes implicadas a desarrollar alternativas.
La industria, por su parte, ya había comenzado a explorar soluciones innovadoras para reemplazar los microplásticos con sustancias menos perjudiciales para el medio ambiente, como las microcápsulas de suavizantes de materiales biodegradables o la eliminación de los microperlas en productos cosméticos de tipo exfoliante.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la falta de incentivos económicos y los costos más elevados de las alternativas suponían un freno a su implantación. La reciente normativa, en cambio, puede servir para proporcionar un impulso necesario para reducir la presencia de estas sustancias tan contaminantes. Ahora, la elección no priorizará la rentabilidad, sino la necesidad de evitar las sustancias más perjudiciales para todos.
OCU pide más medidas frente a los microplásticos
En OCU creemos que los microplásticos innecesarios no tienen cabida en productos que utilizan millones de consumidores y que acaban contaminando nuestro entorno. Especialmente cuando hay otras alternativas biodegradables o cuando se encuentran en productos prescindibles.
Esta prohibición era necesaria, pero el camino para terminar con la contaminación por plásticos aún tiene grandes retos por delante:
- Más allá de los microplásticos añadidos de manera intencionada, también hacen falta medidas que reducir los que se liberan por el desgaste como los procedentes de los neumáticos, los envases de plástico, las bolsitas de té tipo pirámide o la ropa sintética al lavarse. De hecho, el 35% de los microplásticos que se encuentran en el mar proviene del agua de las lavadoras, y tal como comprobó OCU se deben más a la liberación de los textiles que a las cápsulas de los detergentes.
- Y, de la misma manera, desde OCU pedimos medidas preventivas y más investigación para evitar riesgos ecológicos y para la salud humana causados por los nanoplásticos.