Dos décadas o una veintena de años se dice rápido cuando realmente ha llovido bastante. Es un 2023 especial al recordar que un 10 de octubre salía a la calle la primera edición de Baleares Sin Fronteras. Cómo no recapitular el día en que fui al despacho de Miquel Pol, era el propietario del desaparecido semanario Set Dies, a decirle que me dejara cuatro de sus 48 páginas.
Lo que menos me iba a imaginar era que a los meses, Baleares Sin Fronteras no podía ser más un suplemento de 24 páginas de un periódico de 32 páginas, pues ese suplemento se había convertido en un periódico, y obviamente estábamos absorbiendo a quien nos abrió las páginas de su medio para hacernos conocer.
Fue tal el éxito de Baleares Sin Fronteras que a los tres años ya no era de una periodicidad mensual. Pasamos a una distribución quincenal que se ha mantenido hasta esta fecha. Si me preguntan cuál es la fórmula para salir a la calle cada dos semanas, diría que por los contenidos que le presentamos a nuestros lectores, y especialmente por los artículos informativos y hasta pedagógicos que les son de mucha utilidad a quienes tienen que regularizar su estatus migratorio en España, realizar una renovación, reagrupar a un familiar o solicitar una nacionalidad.
Para ello, hemos contado con la abnegada colaboración de profesionales del derecho de extranjería como Margarita Palos, una verdadera maestra, le digo la “biblia de la extranjería” y se enfada, pero sabe que lo manifiesto con bastante cariño. Detrás de ella han pasado abogados que ya no ejercen y que en su momento aportaron su grano de arena como Igor Valiente. Luego llegaron las nuevas gene raciones de letrados columnistas como mi compatriota Beatriz Tobón, de quien me siento muy orgulloso por su empeño para ser una reconocida abogada; también recibe mi admiración el abogado, Lázaro Lucio, originario de Brasil que se ha ganado el reconocimiento por los obstáculos que ha superado para abrirse un merecido espacio en su ámbito profesional.
A la abogada argentina, Carolina Quintana también le extiendo un reconocimiento especial por sus artículos de interés, igual que al profesional de los números -y a punto de graduarse como abogado- José María Sánchez.
Todos estos profesionales, posiblemente se me quede en el tintero alguna gente, han aportado un rico contenido de información a las páginas de este periódico durante estos 20 años. Hago énfasis en ellos porque, sin duda, es la mejor forma de hacer una medición sobre la aceptación del medio y la repercusión social de sus contenidos.
En estos 20 años, Baleares Sin Fronteras ha sido un referente de la información migratoria en el Govern balear y los Consells de Mallorca e Ibiza durante estas cinco legislaturas y en los diferentes ayuntamientos de Baleares. De la misma manera nos hemos convertido en un punto de apoyo informativo de los consulados de algunos países, especialmente de Latinoamérica y Marruecos.
En un año de reconocimientos profesionales por haber llegado a largas instancias, debo agradecer a todas las personas que me han acompañado en situaciones complejas fuera del ámbito profesional y que me han brindado desinteresadamente su amistad y cariño. Algunas de ellas han irrumpido poco a poco y comienzan a formar parte del nuevo ciclo de Baleares Sin Fronteras cuando sea el momento de llegar a aportar sapiencia y experiencia profesional.
Por último, una especial mención a Cristian Guardia, un profesional del diseño gráfico como la copa de un pino, y mejor persona, también a mis hijas, Paula e Isabella y a mi familia en Colombia que me ha apoyado para seguir de pie para sumar otros veinte años de vida si el destino y el todopoderoso lo permite. ¡A la salud de todos!