La Navidad es un periodo en el que se realizan muchas compras, tanto de manera presencial en los establecimientos como a través de internet (alimentos, regalos, juguetes…). Se trata de una época, por lo tanto, en la que se dan importantes cambios en nuestros hábitos de consumo.
Ante la proximidad de estas fiestas de Navidad, la Dirección General de Prestaciones, Farmacia y Consumo del Govern de las Illes Balears lanza unos consejos básicos para seguir en estas fechas con el fin de mantener la magia de la Navidad mediante un consumo responsable.
Elaborar listas y presupuesto de los productos que se quieren adquirir. Conviene tener en cuenta que el precio de algunos productos se incrementa por Navidad.
Planificar y escalonar las compras (alimentación, regalos, juguetes…).
Evitar compras compulsivas e innecesarias. Durante estas fechas estamos sometidos a insistentes campañas publicitarias que incitan, en muchos casos, a comprar de manera desmesurada. Hay que ser reflexivos y críticos con la información publicitaria, y comparar los precios y la calidad de los productos y de los servicios.
La publicidad es vinculante y se puede exigir su cumplimiento. Por eso, es recomendable guardar los documentos de oferta de servicios, las instrucciones, los catálogos…
Evitar créditos. Los créditos rápidos solo pueden contribuir a aumentar la deuda.
Hacer un consumo reflexivo, responsable, justo y respetuoso con el medio ambiente. Es imprescindible que se genere el menor impacto posible al medio ambiente.
Favorecer la igualdad social, fomentar unas condiciones laborales dignas, ejercer un consumo solidario, adquirir productos de comercio justo y de proximidad.
No comprar más de lo que haga falta, apostar por la reutilización y el reciclaje de productos.
No envolver los regalos haciendo un uso excesivo de papel y buscar la eficiencia energética en la hora de iluminar la casa.
Los productos de comercio justo son una buena elección, pues en su producción y elaboración se siguen criterios éticos, sociales y medioambientales. Son una alternativa solidaria.
A la hora de comprar juguetes, hay que pensar que deben servir para divertir a los peques. Es importante valorar los contenidos de los juegos y sus aspectos educativos. Conviene:
- Tener en cuenta la edad y la madurez de los niños.
- Evitar la distinción sexista y la incitación a la violencia.
- Leer las etiquetas, las reglas y las instrucciones de los juegos. Fijarse en los datos mínimos obligatorios que tienen que aparecer: marca CE (significa que el juguete cumple las exigencias esenciales de seguridad que contienen las normas comunitarias); nombre y marca del producto; razón social y dirección del fabricante o importador o vendedor, y las instrucciones, las advertencias de uso y las restricciones de edad, si las hay.
- Comprobar si contienen piezas pequeñas que se puedan separar, si tienen partes o cantos que puedan pinchar o cortar, o si disponen de aperturas donde los niños puedan introducir los dedos o manos y no los puedan sacar.
- Juguetes de funcionamiento eléctrico: deben especificar la potencia máxima, la tensión de alimentación que necesitan y el consumo energético que hacen.
- Los juguetes hechos con materiales renovables (madera, cartón…) tienen, generalmente, un impacto ambiental más bajo en el proceso de fabricación que los elaborados mediante procesos industriales (materiales sintéticos, plásticos…).
A la hora de comprar videojuegos. Existen diferentes tipos de videojuegos en el mercado (de acción, de aventuras, de estrategia, de deportes, educativos, de fantasía, históricos, simuladores, puzzles…). Es conveniente tener en cuenta:
- Que hay que elegir el más adecuado a la edad, la personalidad y la sensibilidad de la persona usuaria, especialmente si es menor de edad.
- Que el etiquetado indique la razón social y la dirección del fabricante o importador o del vendedor. Que se incluyan las instrucciones de uso y las características, y que tenga el código PEGI (código de conducta de la industria europea del software interactivo, que establece una clasificación por edades y contenidos).
- Que la clasificación del juego tiene que aparecer en la parte frontal inferior y en la parte de atrás del videojuego. Hace referencia a la adecuación del contenido visual, pero no al grado de dificultad o a las habilidades que requiere.
Compras por Internet: cada vez son más habituales, pero pueden traer sorpresas desagradables.
- Usar un servidor seguro que muestre el candado cerrado y una página con https.
- Comprobar el precio original del producto, si incluye el IVA y si tiene gastos de envío o no.
- Asegurarse de que se puede identificar el responsable de la página web o la entidad proveedora (nombre, domicilio, CIF).
- Derecho de desistimiento legal, del que se debe haber informado.
Es obligatorio en la contratación a distancia y fuera de establecimiento comercial. La persona consumidora comunicará a la empresa la voluntad de desistir en el plazo de 14 días naturales a partir del día siguiente a la suscripción del contrato, en el caso de los contratos de servicios, y a partir del día siguiente a la posesión material de los bienes, en el caso de los contratos de venta, sin necesidad de alegar motivo alguno.
- Guardar una copia de las operaciones de compra efectuadas. Al acabar la orden de compra debe aparecer una página que resuma la operación (es aconsejable que los compradores se queden una copia, incluso en caso de que se produzca algún tipo de incidencia u operación fallada por error informático).
- En la legislación europea existe una serie de normas, reflejadas en el Código de Derechos en Línea de la UE, que protegen a los consumidores durante todo el proceso de realización de la transacción en línea.
A la hora de pagar, pedir y conservar todas las facturas o los tickets de compra, ya que son la garantía y se pueden necesitar en caso de reclamación.
Cambios y reclamaciones. El establecimiento no tiene la obligación de cambiar un producto que esté en perfecto estado, salvo que así lo anuncie. Conviene preguntar al comerciante sobre la posibilidad de cambiar el producto y las condiciones en las que se puede realizar el cambio.
En caso de incidencia con el producto, se debe reclamar a la empresa que lo haya vendido.
Los establecimientos comerciales tienen que disponer de hojas oficiales de reclamación.
Es una garantía contratar con una empresa adherida al Sistema Arbitral de Consumo, las cuales están identificadas con el distintivo de adhesión.