Recientemente estuve como moderador de un foro de economía, comercio e interculturalidad que organizó el Ayuntamiento de Palma. Este encuentro pretendía el esfuerzo que realizan los emprendedores de distintas nacionalidades asentados en Palma.
La actividad estuvo promovida desde la regiduría de Interculturalidad e Igualdad de Oportunidades y también contó con la participación activa de la concejalía de Economía, Comercio y Autónomos.
Como siempre lo he expresado, creo que lo de menos cuando alguien está en un cargo es
el color político, aunque suene utópica esta afirmación. La ciudadanía no se alimenta de
corrientes ideológicas, la gente hoy más que nunca lo que quiere son hechos concretos en
una época marcada por un notorio crecimiento de empleo, pero a la vez con muchos obstáculos sobre el camino para el empresariado y las personas que aspiran avanzar cada vez más como autónomos, o los trabajadores cuya intención es crecer en rangos o categorías en las empresas para las que prestan sus servicios.
Y esto lo digo por la cantidad de subvenciones, ayudas, cursos de formación y capacitación
que repercute en favor de la ciudadanía. Muchas veces por falta de información y la apatía de los representantes políticos (administración)- y los ciudadanos- (administrados), se pierden grandes oportunidades de acceder a lo que realmente se necesita para el crecimiento empresarial o el enriquecimiento de conocimiento a través de la pedagogía.
Indudablemente, desde estas líneas no he escatimado en criticar las cosas, que a mi criterio se hacen de manera equivocada, especialmente por los fallos en las políticas de extranjería y la terrible burocracia que no permite la regularización de cientos de inmigrantes en este país que pide a gritos mano de obra, o sino que lo digan los empresarios de Baleares en esta época del año.
Sin embargo, cuando las cosas fluyen bien y las buenas ideas se plasman a la práctica, tampoco se debe ahorrar ninguna palabra de elogio. Este es el caso del acercamiento que el Ayuntamiento de Palma en este primer año ha tenido con las asociaciones de extranjeras.
Y es que el arraigo del que tanto se habla comienza por las verdaderas políticas de integración. A veces incluso estando con los papeles en regla no se llega a feliz puerto por la falta de información y se pierden grandes oportunidades de crecimiento.
En este caso, en Palma, una ciudad donde residen más de ciento setenta nacionalidades es necesario que haya un canal de comunicación adecuado para que la información de utilidad fluya. Y si el mensaje llega al destinatario adecuado ya estamos hablando de haber dado un gran paso, tal y como ha sucedido con la repercusión de este foro, cuyo contenido no se quedó en las palabras de los ponentes especializados en temas de créditos, subvenciones o cursos de formación.
La repercusión se ha visto reflejada en los resultados mostrados en los últimos días, pues muchos de los empresarios asistentes a este foro han comenzado a hacer los trámites
correspondientes para beneficio de su negocio.
En la entrevista realizada al alcalde de Palma Jaime Martínez, también se evidencia la intención en esta legislatura de involucrar a los extranjeros residentes en Palma en las diferentes actividades culturales y deportivas que se pongan en marcha. Nunca se debió haber dejado a la deriva el tejido asociativo como sucedió en las anteriores legislaturas, no obstante, creo que se está yendo por el camino idóneo para trabajar por una sociedad más cohesionada en donde lo que menos importan son las nacionalidades o el credo de alguien.
