Hay días para la marca, Baleares Sin Fronteras importantes, sin embargo, no hay duda que uno de los que ha marcado un antes y un después fue el del pasado 10 de julio cuando el Ayuntamiento de Palma, a través del Instituto Municipal del Deporte reconoció el esfuerzo que hemos venido haciendo desde hace 15 años con los equipos de fútbol que representan al periódico.
Desde el 2009, quien escribe estas líneas se propuso fundar un equipo de fútbol. Y es que todo comenzaba por un patrocinio en el que estuvo nuestro estampado. Recuerdo que durante un año fuimos auspiciadores del Juventud Sin Fronteras, que en aquel tiempo competía en tercera regional.
Poco a poco le fui tomando el gusto al fútbol federado y con el tiempo creamos el equipo amateur masculino en tercera regional, que esa misma temporada de su debut ascendió entre 35 equipos a segunda regional. Hicimos una segunda vuelta épica y alcanzamos el segunda lugar detrás del Ses Salines, que se llevó la liga.
El estreno fue el soñado jugando y entrenando como locales en campos prestados donde pagábamos los servicios que consumíamos como es normal. Luego para seguir creciendo decidimos pedir autorización al IME para irnos al polideportivo de Son Moix. Allí, cuatro años más tarde logramos el ascenso a primera regional con un equipazo.
Posteriormente el factor de la asignación de los peores horarios de entrenos en donde terminábamos a media noche los entrenamientos de los tres días entresemana, decidimos irnos a Son Fuster 2, en donde también cumplíamos con nuestras respectivas obligaciones exigidas.
He de decir que en todas partes éramos bien tratados, pero como es lógico al no pertenecer al club que nos acogía dependíamos de las decisiones de las directivas para según qué decisiones importantes.
Palabras más, palabras menos, siempre fuimos arrendatarios, además, la identidad del club nunca se consolidó debido a la carencia de un campo asignado definitivo como ha sucedido en este caso en la Verge de Lluc.
Agradecemos a todas a estos clubs que nos acogieron estos años, y cómo no, al Ayuntamiento de Palma que a través de sus encargados en las diferentes legislaturas valoraron nuestro esfuerzo.
El nombre de nuestro club de fútbol se ha mantenido con una buena imagen, a pesar de lo
que algunas pocas personas hayan querido vender en un comienzo por el simple hecho de
que nuestros jugadores eran de varias nacionalidades.
Afortunadamente, este es una leyenda urbana que se ha desmitificado, pues la temporada
pasada, la mayoría de los jugadores e incluyendo el cuerpo técnico eran nativos, si, mallorquines.
El deporte se hizo para integrar y no para dividir, por ello es que hoy más que nunca nos
sentimos contentos por el trabajo realizado. Reconocimiento a todos los patrocinadores, ex
jugadores, empresarios y esos voluntarios que en algún momento pasaron por el club.
Sean todos bienvenidos a este nuevo ciclo del Baleares Sin Fronteras Fútbol Club. ¡Nos lo
hemos ganado a pulso!
