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    Trabajar con los colectivos vulnerables es la pasión profesional de Angélica María Guzmán, elegida por la Embajada de Colombia en España entre las diez destacadas de su comunidad 2023/24

    Esta psicóloga nos habló de su trayectoria desde los comienzos de su profesión en Cali hasta su llegada a Mallorca por amor al felatnitxer, Jaume Munar.

    Angélica María Guzmán González, psicóloga, residente en Mallorca, acaba de recibir de manos del Embajador de Colombia en España, Eduardo Ávila un reconocimiento a los diez colombianos más destacados en sus profesiones u oficios del año 2024/25.  

    Jaume Munar, esposo de Angélica junto al embajador de Colombia en España, Eduardo Ávila, y la psicóloga con su pequeño.

    No es para menos, resaltar la labor que ella ha desempeñado en todo este tiempo desde que llegó a este país, especialmente si se trata de destacar su profesionalidad añadiendo una fórmula en  valores de sensibilidad que ha exportado desde su natal Cali a esta parte del archipiélago balear.

    Desde sus inicios- nos comenta- lo tuvo muy claro al comenzar las prácticas de su carrera profesional en la Universidad de San Buenaventura de Cali, donde es egresada. Desarrollarse aplicando los conocimientos aprendidos sumado a lo que le inculcaron sus padres desde casa, la fortaleció para ejercer activamente su labor de enseñanza con menores de edad, cuya única finalidad es cambiarles su perspectiva de mundo y reinsertarlos a la sociedad.

    Recuerda que eran jóvenes que habían estado en grupos al margen de la ley, ex guerrilleros de las FARC reclutados desde temprana edad, y en aquel entonces, el objetivo era rescatarlos del mundo marginal para que comenzarán una nueva vida, no duda en afirmar que “ha sido el mejor trabajo de mi vida”. 

    Los comienzos de Angélica en la Corporación Juan Bosco de Cali.

    A pesar de todo, al conflicto social de violencia en Cali, sobre todo en décadas pasadas, por la irrupción de los carteles del narcotráfico y la delincuencia común, Angélica fue valiente y manifiesta que nunca sintió temor por su vida, pues no es un  secreto que estos grupos de organizaciones criminales siempre han tenido como objetivo a activistas sociales o a quienes hacen una labor de pedagogía social con ex guerrilleros que deciden dejar las armas. 

    Como caleña que se precie vive orgullosa de su tierra, pero al mismo tiempo reconoce los problemas sociales que padece al ser una ciudad golpeada por el conflicto de la violencia. “Tenemos una mezcla de razas y cultura con una riqueza impresionante, pero siempre me ha dolido el conflicto social que allí se vive. Crecí en un hogar de una familia trabajadora y tuve la fortuna de tener una formación universitaria, mi madre luchó por darme una buena educación ya que mi padre murió cuando tenía 11 años”. 

    Desde que comenzó con su labor social, Angélica ha sido una fiel convencida que desde el diálogo se construye la paz, aunque no se hace de un día para otro, y en esa línea “todos debemos aportar nuestra grano de arena desde nuestros respectivos ámbitos. Siempre me ha movido trabajar al lado de los últimos o de los nadies como dice el poema”. 

    Nunca dio un paso atrás, por el contrario, atendiendo a los consejos de sus padres su misión fue hacerle ver a estos chicos que se podía salir adelante y construir un mundo alejado de la violencia. 

    Esa coyuntura social la llevó a conocer al gran amor de su vida. Por el 2006, un mallorquín, oriundo de Felanitx, llegó a Medellín a trabajar en la Fundación Claret, dedicada a reinsertar  para la sociedad a los niños, niñas, jóvenes y adultos afectados por la marginalidad, concretamente, drogodependientes o sumergidos en sectores de violencia.  

    Angélica junto a su familia en un ambiente navideño.

    A Jaume, le asignaron la capital antioqueña para ir a desarrollar un Proyecto de Cooperación de la Unión Europea. 
    Mientras tanto, Angélica recuerda su trabajo en la Corporación Juan Bosco, institución donde inició sus prácticas profesionales con menores desvinculados de grupos armados ilegales, era un proyecto que apenas se iniciaba cuando recién se hablaba de un proceso de paz en Colombia. 

    Los asistentes al evento escuchan atentos las palabras de Jaume Munar, uno de los pilares en la trayectoria profesional de Angélica María. 

    Cabe señalar su vinculación también con los Misioneros Claretianos en el Distrito de Agua Blanca en Cali. El trabajo social hizo que Angélica y Jaume se conocieran en Medellín en un curso para formarse como terapeuta en drogodependencia, y a partir de ahí, tras una larga amistad surgió un noviazgo hasta formalizarse la relación en 2009 cuando contrajeron nupcias en Colombia. 

    Su llegada a Mallorca

    No fue nada fácil para Angélica comenzar el cambio de vida, la idea era viajar a Mallorca a reunirse con su esposo, pero en aquel entonces los trámites burocráticos eran complejos, y no era para menos los matrimonios los miraban con lupa desde el consulado español en Bogotá para detectar las uniones de conveniencia.  

    Obviamente, el caso de la caleña y el felatnitxer era diferente y luego de demostrar a las autoridades oficiales españolas, el amor auténtico que se profesaban, Angélica llegó a la Isla  a reunirse con su esposo el 1 de marzo de 2009 (Día de las Illes Balears), nada más y nada menos que en plena crisis donde los puestos de trabajo brillaban por su ausencia.  

    El panorama laboral no era el mejor. “Ninguna institución me conocía, mucha gente sin trabajo en ERTES Y ERES, en definitiva no había trabajo”, dice, sin embargo, esto no fue un escollo para seguir capacitándose en lo que era su pasión de trabajar con población vulnerable. 

    Tras hacer un curso de monitora a tiempo libre, trabajando con niños en escuelas de verano y en tiendas de ropa por la zona de Jaume III y Bonaire de Palma. Paralelamente estudiaba en la UIB en Análisis y Metodología para Inserción Social, además se vinculó como voluntaria impartiendo clases de castellano para población nigeriana, algo que recuerda con cariño debido a que nunca en su país de origen había tenido la oportunidad de formar a gente del continente africano.

    Las compañeras de Cáritas Mallorca, amigas y allegadas de la homenajeada.

    Desde el año 2011, la psicóloga colombiana trabaja en Caritas Mallorca como técnica de territorio llevando una zona de Palma atendiendo a personas y familias vulnerables, trabajo comunitario y con personas que están en situación administrativa irregular, además ha estado participando activamente en los talleres del proceso migratorio del Programa de “Colombia Nos Une” que promociona el Consulado de Palma. 

    Al homenaje no podía faltar la multiplicadora del programa Colombia Nos Une, Maribel Escobar Saldarriaga, a quien Angélica le da un abrazo de reconocimiento.

    El único periodo de tiempo que ha interrumpido su trabajo social, fue en el 2022 con el nacimiento prematuro de su hijo Lluc, que necesitaba unos cuidados especiales. Esto le sirvió de referencia junto a otras cuatro madres para ver algunas carencias del sistema sanitario en esta temática, por lo que decidieron montar la delegación de Aprem en Baleares, Asociación de Niños Prematuros en España.

    Homenaje en el Consulado de Palma

    Rafael Arismendy, cónsul de Colombia en Baleares y su equipo de la oficina consular organizaron un acto oficial para reconocer la trayectoria de Angélica María Guzmán y exaltar su trabajo social en estos años en  Mallorca. 

    El alto cargo oficial solo tuvo palabras de elogio para la psicóloga, a quién no dudo en destacar como una de las personas más representativas que ha ayudado a colectivos vulnerables desde hace 16 años a su llegada a Mallorca, y en su actual trabajo social que desempeña en Caritas. “Siempre que hemos necesitado algo de ella, nunca hemos recibido una negativa, su trabajo es esmerado y ayuda de corazón a las personas en situaciones complejas”. 

    Al acto asistió también la directora de Personas Mayores e Interculturalidad del Ayuntamiento de Palma, Ángeles Dueñas; invitados de la comunidad colombiana ligados a lo social y a la cultura, como amigos y compañeros que han sido pilares fundamentales en el recorrido profesional de la homenajeada.

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    Reconocimiento a Juan Pablo Blanco

    Sean estas líneas para agradecer al consulado liderado por Rafael Arismendy, por haber tenido en cuenta la trayectoria del director de Baleares Sin Fronteras, Juan Pablo Blanco. Fueron dos los nominados por Illes Balears. 

    Los postulados en España fueron en total 35 entre las comunidades autónomas, algo que para este comunicador no deja de ser un honor, pero más importante es que el reconocimiento en Madrid quedó en manos, no solo de una excelente profesional, sino de una persona con una alta dosis de valores colectivos, alejada de vanidades o individualismos restando méritos a quienes han estado siempre a su lado.  

    Cuando entrevistamos a Angélica María nos encontramos a una mujer que no solo respondía a nuestras preguntas desde una perspectiva profesional, sino desde la emoción por trabajar con colectivos vulnerables; el carisma con su sello dialéctico en cada una de las nobles palabras que pronuncia y la autenticidad que debe caracterizar a una verdadera profesional reconocida por su encomiable trabajo.

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