El conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir y el director general de Residus i Educació Ambiental, Sebastià Sansó, han presentado, este martes, la segunda edición del informe «Anàlisi del sistema de gestió dels residus municipals a les Illes Balears», correspondiente al año 2020. La presentación del documento se enmarca en las actividades organizadas por la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio en motivo de la Semana europea de Prevención de Residuos.
El autor del informe, Pau Villallonga, ha destacado, entre las conclusiones principales, que el volumen de residuos generados en las Illes Balears el 2020 fue de 595.392 toneladas, un 24% menos que el 2019. Esta cifra equivale a una media de 463 kilos por habitante, un 11% menos que el año anterior.
Por islas, Mallorca, con una producción de 437.735 toneladas anuales y 445 Kg per cápita, en 2020 generó el 73% de los RM de las Illes Balears y disminuyó su generación en un 24% respeto el año anterior. La siguieron Eivissa, con una producción de 104.680 toneladas anuales y 600 Kg per cápita (18% de los RM y una reducción del 27%), Menorca con una producción de 45.415 toneladas anuales y 407 Kg per cápita (7% de los RM y una reducción del 20%) y Formentera con una producción de 7.559 toneladas anuales y 430 Kg per cápita (1% de los RM y una reducción del 21%).
De este modo, el archipiélago logra los objetivos de reducción de residuos generados que establece la Ley 8/2019 de Residuos y Suelos Contaminados a pesar de que, cómo ha señalado Mir, «hay que tener en cuenta que el 2020 estuvo marcado por los efectos de la COVID». Con todo, el conseller ha destacado que las cifras de 2020 consolidan la tendencia reduccionista que inició el 2019.
La distribución en la generación per cápita fue bastante homogénea en los municipios de las Illes Balears, salvo algunos municipios costeros que sobrepasaron los 600 Kg por persona y año mientras que en algunos municipios del interior de Mallorca la generación fue inferior a los 300 Kg por persona y año. «Queda patente la influencia de los efectos derivados de una mayor presión humana, causada principalmente por el turismo que recibimos. Como instituciones y agentes sociales, tenemos que impulsar las medidas necesarias porque esta generación siga la línea marcada en 2020 y que lo que se produzca se recicle», ha añadido Mir.
Por otro lado, el estudio señala que se han logrado otros objetivos de la Ley 8/2019 como por ejemplo llegar a un mínimo del 50% en la valorización material de las fracciones de vidrio, papel-cartón, y metales. En cambio, todavía se está lejos de lograr el objetivo en las fracciones plástico, materia orgánica, textil y madera.
Sansó ha destacado, en este sentido, que el estudio señala que sólo se recoge de forma selectiva el 6% del textil. Un reto que, tal como ha expuesto, «tenemos que afrontar para cambiar las cifras, junto con las de reutilización, si queremos ir hacia un cambio de modelo en la gestión de residuos». El director general ha explicado que la Euroregión ha puesto en marcha un proyecto para impulsar la reutilización de este tipo de residuos.
El director general ha incidido en que el estudio señala los principales retos a lograr en materia de gestión de residuos. Así, ha destacado que hay que aumentar un 2,7% la preparación para la reutilización antes de 2025 y un 4,7% antes de 2030. Además, se tiene que reducir a la mitad el derroche alimentario en los hogares, comercios y restauración antes de 2030. Esto implica un ahorro de 31.858 kg de comida aprovechable o una reducción de 23 kg por persona y año.
Sansó ha señalado, también, que en el informe de 2021 ya se tendrían que notar los efectos de la construcción de la nueva planta de tratamiento mecánico biológico en el área de Gestión de residuos de Milà (Menorca) y de las nuevas plantas de triaje de residuos y de tratamiento de la materia orgánica en Eivissa, que suponen un cambio en el modelo de gestión de los residuos generados en las Illes Balears. También ha destacado que, durante 2021, se ha dado un impulso significativo a la recogida selectiva de la materia orgánica, especialmente en la isla de Eivissa y en Palma.