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jueves, diciembre 26, 2024
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    Baleares, unas islas cada vez más latinas

    Hemos considerado de vital importancia reproducir íntegro el trabajo periodístico de la redactora previa autorización y acuerdo con la dirección del diario mallorquín. La participación de nuestro medio, Baleares Sin Fronteras en la noticia y la importancia de sus contenidos nos ha motivado a transcribir al detalle el reportaje para quienes no hayan tenido la oportunidad de leerlo.

    Inmigración. Más de 101.000 personas residentes en el archipiélago han nacido en países latinoamericanos, frente a las 10.000 que había en 1998. El colectivo, que ha conformado un entramado empresarial sólido, cree que la convivencia es buena, pero lamenta cierta falta de atención institucional
    Hace veinte años España entera vivió el boom de la inmigración latinoamericana. En Balears, el paisaje urbano se llenó de locutorios y tiendas de comestibles donde se vendían arepas, yuca y otros alimentos aún desconocidos para los insulares.

    Por la calle comenzaron a verse uruguayos con un termo en una mano y el mate en el otro, así como a grupos de ecuatorianos jugando al vóley en playas, parques o aparcamientos. Conocimos la tradición de las fiestas de 15 años y las iglesias revivieron con estas nuevas horneadas de fieles.
    Muchas recién llegadas fueron contratadas para cuidar a los abuelos de las islas; otros y otras se apuntaron al ejército; y un grupo grande no dudó en emprender y montar pequeños negocios dirigidos a sus compatriotas, además de agrupaciones culturales para mantener vivas sus tradiciones.
    El descalabro económico de 2008 provocó que muchos hicieran las maletas y regresaran a sus países. En el archipiélago, los índices de retorno no fueron tan acusados como en el conjunto de España.

    Algunas nacionalidades, como ecuatorianos, bolivianos y peruanos, sí que dejaron las islas en mayor proporción, mientras otros como los colombianos se quedaron e incluso incrementaron su ritmo de llegada.

    Hoy, viendo la crisis por el retrovisor pero con otra amenazando el horizonte, casi uno de cada diez residentes en Balears es de origen latinamericano, siendo los argentinos, colombianos y ecuatorianos los grupos con más peso. Son 101.662 personas (frente a las 9.994 de 1998), de las cuales casi la mitad tienen la nacionalidad española ¿Cuál es su situación actual, cuáles son sus retos y sus preocupaciones?

    Los locutorios han desa-parecido, sustituidos por Whatsapp y Skype, pero el tejido empresarial de la comunidad latinoamericana se ha consolidado y ampliado mientras que el tejido asociativo, muy importante para defender los intereses del colectivo, se ha reorganizado.
    Lo confirma Juan Pablo Blanco, el periodista que en 2003 fundó el periódico gratuito Baleares sin Fronteras. Tras salir de Colombia y antes de llegar aquí, estuvo trabajando en EEUU en un diario gratuito dirigido a la comunidad hispanoamericana, un mercado “potencial” que también encontró en Mallorca, lo que le motivó a lanzar esta publicación quincenal que tiene una tirada de 13.000 ejemplares y emplea a seis personas (antes de la crisis eran el doble).

    Desde su posición, Blanco conoce a multitud de empresarios latinoamericanos, a los principales representantes consulares y a las cabezas de las asociaciones de inmigrantes. Ha visto muchos cambios. Recuerda que en la época del PP y UM llegó a haber más de 50 asociaciones solo de argentinos y más de 15 de ecuatorianos.

    Falta de políticas de integración

    El panorama ya no es el mismo. A nivel social el grado de integración, con una segunda generación que ya se siente más de aquí que de allí, ha mejorado, pero quedan batallas por librar.
    Así lo ve Blanco, quien lamenta que Balears, la comunidad autónoma con mayor índice de inmigrantes (un 20%), “carece de políticas de integración social”. En el 2005 durante el Govern de Jaume Matas, recuerda, se creó la conselleria de Inmigración, que dos años después el Pacte de Progrés suprimió y transformó en dirección general.
    En ambas legislaturas se ejecutaron políticas de integración social y se trabajó de la mano con las asociaciones, pero hoy, lamenta Blanco, a pesar de que el Govern actual defiende la inmigración y haga bandera contra la xenofobia, “no se ve por ninguna parte” un área dedicada a esta cuestión.

    El colectivo migrante supone una bolsa interesante de votos, los partidos lo saben y “en época de elecciones todo muy bien, pero ¿y ahora?”, pregunta.
    Crear estas áreas especializadas, “no centradas únicamente en entregar subvenciones o ayudas”, defiende, sería provechoso para “la buena convivencia”. Su apuesta es impulsar un Fórum de la Inmigración junto a “las asociaciones con credibilidad” para fomentar el buen arraigo.

    A la comunidad migrante le preocupa que calen leyendas urbanas y mensajes como los de Vox, que buscan estigmatizarles. Temen que se consiga “romper” la buena convivencia alcanzada. Es positivo que los partidos progresistas combatan esas ideas, sostiene Blanco, pero no basta que les defiendan en Facebook y Twitter: “Esta defensa debe materializarse en la planificación y ejecución de un plan de gobierno eficiente”.

    Y es que hay problemas. Por un lado, aunque la sociedad balear les ha dado una buena acogida y se sienten agradecidos, siguen sufriendo episodios discriminatorios de tanto en cuanto.
    Por ejemplo, los ha vivido el equipo de fútbol de Baleares sin Fronteras, formado por jugadores de origen latinoamericano. El equipo, campeón regional en su categoría la temporada 2016-2017, más de una vez ha salido al campo teniendo que soportar gritos pidiéndoles que mostraran el pasaporte. No le quieren dar importancia a estos hechos puntuales: “A nosotros nos gusta jugar y nos interesa ganar y ya”, dice Blanco.

    La problemática
    de Extranjería
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    A nivel administrativo ahora mismo el colectivo padece un gran problema: la falta de personal en la Oficina de Extranjería. Lo cuenta el uruguayo Federico Marotta, al frente de la Plataforma por la Inmigración, que engloba a 17 asociaciones.
    “Esta oficina ha pasado de tener 49 personas a 27”, narra. “Eso genera una larga demora y muchas personas no consiguen citas a tiempo para renovar su documentación, con lo que pierden derechos, como el de cobrar paro, opciones de renovar sus contratos de trabajo o incluso poder viajar a su país en estas fiestas navideñas”.
    “Tenemos derecho a lograr una cita en horario normal y sin tener que pagar”. Y es que hay gente que hace negocio acaparando citas previas de forma masiva, vendiéndolas después a los usuarios, problemática de la que Delegación de Gobierno está al tanto.
    “Los políticos locales no pueden estar ausentes en problemáticas tan complejas”, añade Juan Pablo Blanco, “no pueden endosar toda la responsabilidad a Madrid: los políticos locales no se pueden desentender”.
    La dificultad de acceso a la vivienda es otra de las grandes problemáticas que encaran, señala Marotta. ¿Y la amenaza de una nueva crisis económica? “Estamos acostumbrados al exilio económico”, indica, “da más miedo el exilio político”.

    La situación de América Latina

    Ahora, además de los problemas para vivir acá, los inmigrantes latinoamericanos observan con preocupación las imágenes de revueltas y violencia que llegan de Colombia, Chile o Bolivia. En la distancia, se organizan y concentran para expresar sus posicionamientos, demostrando la diversidad de sensibilidades existentes.
    Así el pasado noviembre, la comunidad boliviana (más de 6.000 personas en Balears) mostró esa disparidad con las dos protestas que protagonizaron en días consecutivos: una para mostrar su apoyo a Evo Morales, otra para expresar sus críticas al líder andino.
    En las calles de Colombia se han vivido también situaciones conflictivas. “La gente está empezando a despertar”, opina Norbey Andrade, presidente de la Asociación de Colombianos en Balears. En las islas viven más de 16.500 colombianos, que representan así la segunda nacionalidad latinoamericana con más presencia en el archipiélago, solo por detrás de los argentinos, que son 23.000 personas del censo.
    “Allá son muchos años de mucha corrupción”, indica Andrade, vicepresidente segundo de la Federación Balear de Ciclismo afincado aquí desde hace más de veinte años.
    “La situación actual en América Latina hace que reaparezcan escenas ya vividas en los años 70”, opina Marotta, quien reflexiona sobre los cambios de los flujos migratorios y las tornas de la historia.
    “Siempre habíamos sido receptores”, recuerda: “En el siglo XIX en Montevideo el 48% de la población era extranjera y el 80% de los pequeños comercios eran de titularidad extranjera”.
    Así, Mallorca es hoy multicultural como lo era entonces Montevideo. Concluye: “Nosotros aún estamos aprendiendo a migrar y España también está en proceso de aprendizaje: debemos encontrar los caminos”

    Viviana Ramírez “Alquilo un local para hacer fiestas de 15”

    Las fiestas de 15 años son unas celebraciones típicas de Ecuador, Colombia, Argentina, Brasil y Uruguay, un ritual de paso de la niñez a la madurez de las jóvenes. En 2011, la sobrina de Viviana Ramírez, cumplió 15 años y esta ecuatoriana vio que no había locales pensados para acoger estas fiestas. Así que lo montó ella: Cienporciento Eventos. Cada familia la organiza a su manera: puede ser con flores naturales, corte, dj, sillas decoradas… El precio de un fiesta de 15 años puede ir así de los 1.500 hasta los 6.000 euros. Viviana suele acoger unas dos fiestas de 15 al mes, además de otro tipo de celebraciones.

    Lizeth Arbeláez “Llegué en 2001, llevo más de 13 años en el ejército”

    Un 15% de los militares del Regimiento de Infantería Palma 47 son de origen latinoamericano. Tras cuatro años como camarera, Lizeth se enroló en 2005: “Siempre me había llamado la atención y vi una oportunidad, te ofrece muchas prestaciones”.  Tiene la nacionalidad española pero asegura que formar parte del ejército “no influye para nada en el proceso”, a diferencia de lo que se suele creer. “Mi corazón es de Colombia, pero yo soy de aquí: Mallorca me ha ayudado a crecer”, dice. ¿Ha tenido una buena acogida? “En general sí, a veces alguien me llama ‘la panchi’ o cosas así, pero no me afecta”, asegura.

    Juan Pablo Blanco “En 2003 fundé Baleares sin
    Fronteras”

    El periodista Juan Pablo Blanco dirige desde 2003 el periódico gratuito Baleares sin Fronteras, del que se distribuyen 13.000 ejemplares cada quince días. Lamenta que en la comunidad con mayor porcentaje de población extranjera no existan “políticas reales de integración”. Le preocupan los mensajes estigmatizantes y las leyendas urbanas que ciertos partidos hacen circular sobre los migrantes, pero también critica que los partidos progresistas limiten su preocupación por el colectivo a mensajes bienintencionados en redes sociales. Reclama crear áreas autonómicas especializadas en inmigración.

    Norbey Andrade “He representado
    a España en la selección nacional de ciclismo en pista”

    Andrade lleva un tercio de sus 60 años de vida aquí. Es el presidente de la Asociación de Colombianos en Baleares, director deportivo de Unisport Consulting, vicepresidente de la Federación Balear de Ciclismo y presidente de la Comisión Nacional de Ciclismo en Pista. Representó a España en la selección nacional y asegura que lleva “con mucho orgullo” su doble nacionalidad. Así, dirige eventos como la Challenge Ciclista Mallorca y también organiza celebraciones típicas colombianas como las novenas. 

    Rolando Ayala “Fundé una
    fraternidad de baile para dar a conocer nuestra cultura”

    Rolando Ayala llegó en 2006 y seis años después fundó la fraternidad de baile folclórico ‘Morenada Verdaderos Intocables, la nueva elegancia en Mallorca’, una de las 14 fraternidades de este tipo en la isla. Se han especializado en un baile tradicional que representa la época de la esclavitud y para el que se visten con trajes de la época. Mantienen así un vínculo con su país y contribuyen “a dar a conocer” la cultura boliviana. Migrar, indica, “es duro, pero te vas superando cada día y acomodando”. Hoy dice estar “encantado”.

    Beatriz Ceferino “Era secretaria, aquí cuido a
    personas mayores”

    En el año 2000 la echaron de su puesto de secretaria en una empresa y con el finiquito se compró el billete: “A probar suerte”. Dejó a su marido y a sus hijos allá y, al no poder homologar sus estudios, comenzó a trabajar cuidando a personas mayores. El servicio doméstico es una salida para muchas latinoamericanas: hay demanda, no requiere titulación, facilita el no tener cargas familiares aquí y si es en régimen interno es una manera de tener alojamiento. Ahora busca trabajo “de lo que sea” y se forma en Cáritas. Extraña Colombia pero cuando vuelve “no se acomoda”. “Yo ya soy del aire”.

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