Hacer balance del año post pandemia no es tarea fácil. 2021 ha continuado siendo un año complicado, donde seguimos luchando contra la pandemia, que continúa truncando muchos planes y sueños, a lo que debemos sumar que la población sigue teniendo grandes dificultades económicas y laborales.
En materia de extranjería, el balance no es del todo negativo, aunque no es lo positivo que nos gustaría, ya que finalmente la tan esperada regularización no ha llegado, pero sí hemos tenido novedades en otros procedimientos, que si bien no han llevado a una regularización masiva, han per mitido que algunos extranjeros se hayan podido regularizar mejorando de esta manera sus condiciones de vida y laborales.
Esto último ha sucedido con el nuevo arraigo laboral, que ha permitido que muchos solicitantes a los que se les había denegado el asilo, o bien a muchos ciudadanos extranjeros que habían perdido su residencia, puedan solicitarla mediante este procedimiento.
También es importante destacar que se ha llevado a cabo una pequeña reforma en la ley de extranjería con la que se ha mejorado de forma notable los requisitos que deben cumplir para la renovación de las residencias de los menores no acompañados a quienes, con la antigua legislación, cuando cumplían la mayoría de edad, prácticamente se les quitaba cualquier posibilidad de continuar con su permiso de residencia.
También ha habido buenas novedades en la autorización de residencia para las mujeres extranjeras victimas de violencia de género.
Las afectadas por esta lacra machista podrán solicitar, o en su caso seguir conservando sus permisos de residencia debido a que siempre prevalecerá su condición de víctima.
Esto sin duda, constituye un paso más en la lucha contra los hombres que agreden física y psicológicamente a sus parejas.
Cabe recordar que en esa línea, muchas mujeres extranjeras no denunciaban por miedo a perder su residencia, o por temor ya que se encontraban de forma irregular en territorio español.
Si bien estas tres modificaciones son positivas y necesarias, la realidad es que no son suficientes. No es exagerado afirmar que en la actualidad hay más de medio millón de ciudadanos extranjeros de forma irregular en España, lo que genera que vivan en condiciones precarias y sean explotados laboralmente, algo que no es positivo para su integración en nuestra sociedad.
Tampoco ayuda -siempre lo denunciamos en este periódico- que los procedimientos tarden más del doble del tiempo legal establecido. Infortunadamente las oficinas de extranjería no están dotadas de personal suficiente y recursos técnicos para sacar a delante el volumen de trabajo que tienen, que dicho sea, es mucho más de lo que pueden soportar.
Desde este espacio, que nos ofrece Baleares sin Fronteras, esperamos que para el nuevo año 2022, las condiciones administrativas de los ciudadanos extranjeros mejoren notablemente, y por ende no vean mermadas sus posibilidades de conseguir una vida mejor en este hermoso país. La administración no puede seguir poniendo palos en la rueda a los ciudadanos que quieren regularizar su situación migratoria.
Les deseo un muy feliz año nuevo, que traiga prosperidad y éxitos a todos nuestros lectores.