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domingo, noviembre 24, 2024
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    Continúan los retrasos en las resoluciones de los expedientes de extranjería y las graves incidencias en el pago de las tasas para la cita de toma de huellas

    Por Beatriz Tobón
    Abogada Colegiada 6597
    Contacto: 628 47 89 14

    Como lo comentamos en ediciones anteriores la Administración dispone de un plazo de 3 meses para la resolución de las autorizaciones de residencia iniciales como es el caso de las solicitudes de Residencia por Circunstancias Excepcionales (Arraigo Social, Laboral y Familiar), así como las solicitudes de Tarjetas de Residencia Permanente de Familiar de Ciudadano de la Unión y de 45 días de plazo para los expedientes de Reagrupación Familiar.

    Sin embargo, vemos como la Administración está incumpliendo el plazo legal para resolver los papeles de los extranjeros, debido al aumento de solicitudes y a la falta de funcionarios se ha ocasionado un colapso y la resolución de los expedientes se están realizando en promedio de 6 a 7 meses, arrastrando consigo la ilusión que hay detrás de cada trámite de extranjería por una vida digna, un trabajo y la unidad familiar del inmigrante.

    Los plazos para resolver solicitudes se han disparado en las oficinas de extranjería y la mayoría incumple los tiempos que marca la ley con demoras que afectan a miles de personas. Los mayores retrasos se concentran en las autorizaciones de residencia por arraigo social y laboral que son, precisamente, las más numerosas y sirven a los extranjeros para regularizarse después de dos o tres años viviendo en España. La ley marca un plazo máximo de 90 días para resolverlas, pero la media de todo el país está ya en 150 días. Así mismo vemos como la Administración hace requerimientos injustificados que hacen alargar más el proceso.

    Los datos de las oficinas de Extranjería, facilitados por el Ministerio de Política Territorial, revelan que los plazos también se sobrepasan en la resolución de los expedientes de Reagrupación Familiar, la figura que permite al extranjero que ya está en situación regular en España traerse a su familia. Las peticiones de reagrupación familiar, que la Administración debe resolver en 45 días, por ejemplo, se alargan hasta los 221 días. Es decir, siete meses para un trámite de mes y medio.

    Los recursos y la eficiencia de las oficinas de extranjería son un tema recurrente en los informes del Defensor del Pueblo.

    Sumado a ello está la difícil situación que se ha generado por la emergencia sanitaria que está viviendo la Nación y la crisis económica y social que ha traído consigo. La reforma a la Ley de Extranjería que se venía contemplando se ha detenido.

    Muchos empresarios y empleadores no tendrán la solvencia económica para ofrecer ofertas de trabajo para que los inmigrantes puedan regularizarse y continuará incrementándose el número de extranjeros en estado ilegal. Esperemos que el Gobierno emita a corto plazo medidas positivas en materia de inmigración.

    Otra situación preocupante es la que viene ocurriendo desde el mes de enero de 2022 con las graves incidencias en el pago de las tasas administrativas para procedimientos de extranjería y para la expedición de la TIE en Policía, una vez concedido el permiso.

    Cientos de extranjeros se están convirtiendo en víctimas de la Administración porque no pueden, por ninguna vía, realizar el pago de la tasa correspondiente. El motivo, lo desconocemos y la Administración, ni se pronuncia sobre esta grave incidencia.

    Es muy frustrante para los inmigrantes que después de esperar largos meses sus resoluciones, se encuentran ahora que al no poder pagar la tasa de policía y llegar a la Comisaría, la respuesta que reciben es: “inténtalo en otro banco o búscate la vida, ese no es nuestro problema”.

    Es urgente que se adopten los correctivos necesarios para poner en marcha un plan de descongestión o agilización de los expedientes de extranjería que están retrasados, así se evitaría un perjuicio mayor como es el caso de los extranjeros que cuentan con un precontrato laboral para tramitar su permiso de residencia y trabajo por arraigo social, que, de prolongarse la situación de colapso, muy posiblemente este empleador no quiera o no esté en condiciones económicas de poder esperar, y esta oferta de trabajo desaparezca y con ello se esfume el anhelo del inmigrante de poderse regularizar.

    Un procedimiento de agilización o “plan de choque” para la resolución de todos los expedientes de extranjería que están pendientes, sería una solución inmediata para que muchos inmigrantes que cuenten con una oferta de trabajo puedan obtener su permiso de residencia y así trabajar de forma legal y no continuar inmersos en la irregularidad, un colectivo supremamente vulnerable que día a día vemos como son explotados laboralmente.

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