Antes del viaje a Colombia con motivo de la posesión del nuevo presidente, Gustavo Petro, Baleares Sin Fronteras, a través de su director, Juan Pablo Blanco tuvo la oportunidad de hablar dos minutos con el Rey Felipe VI acerca del panorama social que le puede esperar al país.
Como se recordará el Monarca estuvo en el acto de posesión del primer mandatario del país sudamericano el pasado 6 de agosto. Dos días antes, el jueves 4 de agosto aceptando la invitación de la Casa Real a nuestro periódico lo abordamos en el Palacio de Marivent para preguntarle su punto de vista sobre la realidad de Colombia.
Sin duda, Felipe VI le apuesta a la paz y a la estabilización de todos los países de Latinoamérica, especialmente Colombia, un país azotado por un conflicto social de décadas, y en esa línea, el monarca español nos expresó su profundo deseo de que el país se reconcilie y encuentre la añorada paz que clama el pueblo.
Para el Rey, lo importante es que cada día los pueblos de Latinoamérica encuentren prosperidad, y desde luego, “Colombia no puede ser la excepción, tiene gente maravillosa con un gran potencial” nos comentó durante nuestro breve encuentro.
Coincide que en nuestra primera visita al Palacio de la Almudaina hace seis años, el gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos estaba en los diálogos de paz con las FARC, y la respuesta de Felipe VI también apuntaba en la misma dirección. “La paz de Colombia”.
Simplemente esperar para que los buenos deseos del Jefe de Estado se cumplan y el país sudamericano comience una buena andadura aprovechando la nueva coyuntura política sobre la cual existe una gran expectativa, dado lo polarizado que se encuentra la sociedad colombiana en las esferas políticas. No podemos dejar de mencionar el revuelo causado por el episodio protocolario de la Espada de Bolívar durante el acto de posesión de Petro. En algunos sectores políticos se reprochaba la actitud del Rey al no haberse levantado al paso del venerado objeto, y en otras latitudes políticas se defendía el comportamiento del monarca al no ser la espada considerada un símbolo nacional como sí lo son la bandera, el escudo y el himno.