Cincuenta y tres años de vida artística definen su vasta trayectoria. No resulta osado afirmar que el mexicano, Armando Manzanero es el “romántico de los románticos”, la esencia no la pierde, como él mismo lo reconoce.
Estuvo en la Isla por segunda vez donde para presentarse en un concierto organizado por el Grupo Trui, la primera en 1978 logró ganar el Festival de la Canción de Mallorca imponiéndose a otros grandes artistas. Lo entrevistamos en el hotel donde estuvo alojado.
Baleares Sin Fronteras: ¿Cómo describe el comienzo de esta larga carrera artística?
Armando Manzanero: Tengo varias etapas, la primera se da a la edad de 12 años cuando comienzo con un grupo de amigos a cantar. Ya cuando llegué a los 15 dejé los estudios de la escuela para dedicarme a ser músico. A los 20 años emigré a la Ciudad de México para abrirme paso y gracias a la vida las cosas se dieron para llegar donde estoy hoy por hoy.
BSF: ¿El exceso de romanticismo puede llevar a la desilusión?
AM: No conozco la infelicidad, la tristeza y el desamor. Lo único que me puede poner mal es que se llegue la hora de comer y no tenga el espacio suficiente para hacerlo (entre risas). Me he sabido a adaptar a lugares muy elegantes y a sitios populares, al fin y al cabo vengo de una familia modesta.
BSF: A sus 84 años se muestra muy lúcido, ¿cuál ha sido su estrategia de vida?
AM: Físicamente me encuentro como el acero, la vida que tuve junto a mi abuelo paterno me hizo volverme un tipo muy templado. He sido una persona adaptada a todas las circunstancias que me ha presentado la vida.
BSF: No suena descabellado afirmar que las generaciones jóvenes y las de treinta en adelante identifiquen la figura de Armando Manzanero…
AM: Me considero un compositor a la que le tocó vivir una época maravillosa, mis éxitos son de larga duración y eso me llena de satisfacción, no he sido un músico que se vea en la obligación de componer cada tres meses para que mis canciones no pierdan vigencia.
BSF: ¿Su hoja de ruta en la vida ha ido de la mano con las letras de sus canciones?
AM: Mi vida es como las letras de mis canciones, me considero un romántico, hoy por ejemplo cuando fui en el tren al municipio mallorquín de Soller recordé las época maravillosas de mis abuelos marcados por el romanticismo.
BSF: Contrasta su romanticismo con las letras y mensajes de las canciones del hoy. ¿está de acuerdo?
AM: Caperucita Roja no existiría si en el cuento no estuviera presente el lobo. Es cierto que hay letras de canciones que no encajan con el romanticismo, pero en ese momento es cuando debemos recordar que aún quedan vigentes compositores de mensajes como “esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú”.
BSF: Anteriormente los mensajes estaban plagados de romanticismo, hoy en día se invita en una canción al sexo exprés, a consumir alcohol, a la rebeldía, ¿Qué concepto le merece?
AM: Es cierto que en estas generaciones de hoy en día las cosas se dan más rápido en asuntos sexuales, pero también aún existe la gente romántica que guarda en su corazón un sitio para los preámbulos románticos. Creo que el mundo es tan amplio y diverso que hay espacio para todo.
BSF: ¿Considera que se ha perdido el tributo al amor a la hora de componer en esta época?
AM: Respeto el criterio de los músicos de esta época, le hablo por mí, me importa un carajo lo que hagan los demás. Lo que no se puede perder es el arte de conquistar para tener una pareja.
BSF: ¿Qué opina del reggaetón y algunas de sus letras?
AM: No me disgusta, ni me molesta, soy presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México. No me queda bien expresarme mal de nadie, escojo lo que quiero escuchar, aun así me siento orgulloso que haya gente que en esta época escuche “somos novios”, “por debajo de la mesa” o “contigo aprendí”.