Por Rebeca López Maldonado
Psicóloga Col.: B-1213
Contacto: +34 619 037 019
Últimamente y desgraciadamente hemos escuchado, en todos los medios de comunicación, hablar del suicidio en adolescentes.
¿A quién no le ha sobresaltado el reciente caso de las dos gemelas que se tiraron por un balcón?
Esta es una conducta no deseada, desastrosa, a la que a veces no encontramos explicación y que a todos nos afecta de una manera u otra.
La buena noticia es que los padres y miembros de la familia pueden hacer mucho para evitarla.
A medida que los niños se convierten en adolescentes, es más difícil para los padres saber cómo se sienten y qué están pensando.
¿Cuándo un cambio de comportamiento o de temperamento se convierten en algo por lo que hay que preocuparse?
Vamos a esclarecer los factores de riesgo de suicidio y las diferentes sugerencias para ayudar a su hijo. Veamos que se puede hacer:
Si nota señales de que la salud mental de su hijo está deteriorada, conéctese.
Tal vez su hijo esté teniendo un mal día, pero cuando los cambios de ánimo duran semanas, no asuma que es un cambio de ánimo pasajero.
Nueve de cada diez adolescentes que se quitaron la vida tenían problemas de salud mental como la ansiedad.
Primero de todo, la actitud de los padres debe de ser calmada, alerta y lista para hablar. No esperen a que acuda a usted. Podría comentar diciendo: Pareces triste. Estoy abierto a hablar de esto, porque te amo y me importa lo que te pase.
Escuche a su hijo, incluso cuando no está hablando
Es normal que, al principio, cuando su hijo escucha el tema de salud mental o suicidio, se aleje.
Esté atento a cambios en el apetito, en el sueño, las actividades sociales de su hijo.
El autoaislamiento, especialmente para niños que les gusta el deporte y salir con sus compañeros. Si su hijo tiene más dificultades en las tareas escolares, tareas domésticas y otras responsabilidades.
Estas son señales que no debe ignorar.
Considere que su hijo puede presentar riesgo de suicidio que usted ha pasado por alto.
En casi todas las ocasiones, los padres pensamos que esto no nos puede pasar, o a nuestros hijos. Por desgracia la respuesta es sí. De hecho, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años.
Hay algunas cosas que pueden hacer que los jóvenes piensen en terminar con su vida:
Pérdida de un ser querido por muerte, divorcio, traslado, deportación o encarcelamiento. Bullying o acoso, en persona o en línea.
Discriminación, rechazo u hostilidad por identidad de género u orientación sexual.
Racismo y discriminación.
Antecedentes familiares de suicidio o problemas de salud mental.
Estigma (creer que es incorrecto o vergonzoso hablar de salud mental o suicidio).
Fácil acceso a armas de fuego u otras herramientas potencialmente mortales.
Ser testigo o sufrir violencia o abuso doméstico.
Inestabilidad financiera que genera preocupación o inseguridad.
Suicidio en una escuela o grupo de amigos.
Nunca descarte las amenazas de suicidio como un melodrama típico de los adolescentes.
Nunca asuma que es un juego o que está exagerando cuando dice o escribe: “Quiero morir, ya no me importa, nada importa, me pregunto cuántas personas vendrían a mi funeral, todos estarían mejor sin mí…”.
Responda con empatía y comprensión
Cuando su hijo escribe o habla sobre el suicidio, es posible que los padres se sientan conmocionados, heridos o enojados. No atienda a sus necesidades, debe de atender a las necesidades de su hijo.
¿Cómo prevenir el suicidio en preadolescentes y adolescentes? En lugar de reaccionar diciendo:
– Esto es algo ridículo para decir.
– Tienes una gran vida por delante.
– No querrías decir eso.
– No puedo creer lo que estoy escuchando.
Maneje sus propios sentimientos y responda con empatía:
– Pareces que tienes un dolor tremendo y no puedes ver la salida.
– Tal vez te estés preguntando cómo la vida se volvió tan complicada y difícil.
– En este momento no estás seguro de las respuestas a los problemas que enfrentas.
– Debes de estar realmente dolido para terminar con tu vida.
Busque ayuda profesional de inmediato
Si su hijo adolescente se autolesiona o siente que corre el riesgo de intentar suicidarse, o percibe alguna de las conductas anteriormente comentadas, llévelo a urgencias. Actuar rápidamente es crucial en la prevención del suicidio.
Si ve signos de pensamientos suicidas pero no siente una crisis inmediata, debe de tomar medidas igualmente. Comuníquese con su pediatra, médico de cabecera, explique lo que está viendo o escuchando y comuníquelo para que entre en un programa de salud mental.
Pueden ayudarle a usted y a su adolescente a crear un plan de seguridad que cubra:
Señales de advertencia o factores desencadenantes. Posibles pasos para ayudarles cuando se sienten desolados.
Fuentes de apoyo: familia, amigos, maestros, mentores, otros.
Contactos de emergencia y pasos a seguir.
Y en todos los casos recomiendo realizar apoyo terapéutico psicológico para resolver conflictos internos, aportarle estrategias para afrontar emociones y situaciones tanto para los adolescentes como para los padres.
Ref.: Healthychildren.org