A los políticos los criticamos porque sí y porque no. Y es que en el mundo en el que vivimos marcada por la tendencia de las redes sociales nos hemos convertido en jueces de todos, especialmente en el Facebook, Twitter y demás foros sociales tenemos patente para dar palos a cuantos se nos presente en el camino, y más aún si es un político que lo está haciendo mal.
Hoy, desde esta columna, contrario a algunas últimas publicaciones en las que he hecho eco de situaciones generales con las que no comparto procedimientos, concretamente de cómo se manejan los temas de inmigración en algunas competencias de la administración pública, esta vez aplaudo la iniciativa de la regiduría de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Palma sobre la creación de un canal para denunciar los delitos de odio.
De ahora en adelante, las personas que se sientan insultadas, menospreciadas, discriminadas y agredidas por su raza, procedencia, condición sexual, ideologías o asuntos de discapacidad, podrán llamar a una línea telefónica local para denunciar o dirigir su queja a un correo electrónico .
Las denuncias serán reportadas a la Policía Local de Palma, cuyos efectivos se entrevistarán con los afectados para hacer un seguimiento, y dependiendo de la gravedad se reportarán a la Policía Nacional, Fiscalía o Juzgado para hacer la respectiva investigación.
Parece mentira, según datos del Ayuntamiento de Palma, que el 85% de los delitos por odio no sean denunciados, bien sea por desconocimiento, temor o desconfianza que sienten las víctimas. En mi opinión, este hecho constituye avanzar un paso adelante para combatir lacras sociales como la xenofobia y el racismo. Por la temática de este periódico, vivimos de cerca hechos puntuales que parecen ser de otro planeta y no propios de la especie humana.
Aunque en algunos lugares del mundo se evidencian más los problemas de discriminación racial o por la condición sexual de alguien, también es cierto que en Baleares- precioso destino del mediterráneo – la tierra que nos acoge existen algunos atisbos de racismo, sin embargo, el daño que hacen pocos es suficiente para que los niveles de intolerancia y de conflictos se eleven al máximo nivel de tensión.
Lo que sí puedo afirmar es que desde este periódico, por los casos denunciados en los que hemos ido a la fuente de la noticia, podemos dar cuenta de numerosas situaciones humillantes – especialmente a nivel laboral por la procedencia de los empleados. Lo más común son los insultos de índole racial o por procedencia entre compañeros de trabajo, incluyendo a algunos jefes que aprovechan su cargo para descargar sentimientos de odio, y obviamente, no faltan los que se presentan en situaciones de la vida cotidiana.
Desde hace siete años fundamos nuestro equipo de fútbol, BSF FC, que viaja por los diferentes municipios de la Isla, en donde, en la mayoría nos han tratado muy bien. Pero no puedo pasar por alto, otros lugares en los que la intolerancia, el desprecio y las ofensas están a la orden del día, y lo peor, instigado por padres y madres de familia y gente mayor que son los llamados a dar ejemplo a sus hijos o nietos deportistas.
Hemos sido testigos de auténticas escenas dantescas que parece que se vieran¡ en las películas de terror, solo por el pecado de haber nacido en otro país o tener unas características étnicas diferentes, un acento o idioma de otro país.
Lo peor, es que sí este tema se denuncia públicamente causa incomodidad entre algunos sectores de la sociedad, e incluso, puedo afirmar con conocimiento de causa que muchos de los representantes políticos que han calentado la silla en cargos de responsabilidad relacionados a la inmigración pasan olímpicamente, no se involucran y siguen con discursos inútiles y distribuyendo panfletos con dibujos y mensaje bonitos que en la práctica no sirven para nada.
Lo cierto es que aunque en la teoría, el código penal el racismo y la xenofobia se castiga con cárcel en la práctica no se hace nada. Infortunadamente, a los delitos de odio poco se les presta atención, no se previene y solo se les otorga la suficiente importancia cuando se presentan asesinatos u otros atenuantes en los que haya hechos graves que lamentar.
Enhorabuena a la regiduría de Seguridad Ciudadana por la iniciativa, no duden en llamar a la línea telefónica habilitada o de escribir al correo electrónico para tales efectos
¡Perder el miedo y no darle tregua a esta lacra social es fundamental para hacer valer nuestros derechos!.
Línea para denunciar (650781644) correo (stop.odi@pol.palma.es)