El conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir, y el director gerente de la Agencia Balear del agua, Guillem Rosselló, han visitado, este miércoles, el centro de control a distancia de la red en alta de agua potable de Mallorca, situado en Son Pacs, en Palma. Durante la visita, Mir ha felicitado a los responsables del mantenimiento de la red una vez, este año, se ha logrado un nivel de fugas del 1,75 %, «un hito que técnicamente es prácticamente inmejorable», según ha destacado.
Rosselló, por su parte, ha explicado que las pérdidas en la red en alta estaban alrededor del 6% al inicio de la legislatura y que, gracias a las mejoras incorporadas en el último contrato de mantenimiento, se ha podido hacer trabajo hasta reducirlas a la mitad».
La red en alta de Mallorca está formada por unos 175 kms de tuberías que permiten, actualmente, abastecer de agua potable a 14 municipios de la isla; una lista a la cual se sumarán, próximamente, los municipios de Petra y Ariany, una vez la Agencia ha recepcionado las obras de la conducción Maria de la Salut-Petra. «Ahora solo queda cerrar los convenios con los ayuntamientos para que los habitantes de esta localidad puedan beber agua del grifo», ha señalado.
El conseller, por su parte, ha señalado «la importancia capital de esta red para garantizar el suministro de un recurso que, los próximos años, será cada vez más escaso». La red en alta es alimentada por la producción de las tres desaladoras de Mallorca (Palma, Alcúdia y Andratx), las captaciones de la Fuente de Sa Costera (Sóller) y los pozos de extracción de los acuíferos de s’Estremera y Sa Marineta (Llubí).
Mir ha añadido que ya se está redactando el proyecto para conectar la desaladora de Palma a la red, «un proyecto que permitirá desarrollar la interconexión de las tres desaladoras de la isla, siguiendo el modelo que implantamos en Eivissa y que ha permitido reducir en un 30% el consumo de agua subterránea en la isla». En este sentido, el conseller ha añadido que «las desaladoras son un recurso al cual ahora no podemos renunciar pese a los efectos medioambientales que tienen por la situación de sobreexplotación en el que se encuentran muchos de los acuíferos del archipiélago». Con todo, a modo de conclusión, se ha mostrado contrario a que se construyan nuevas plantas y ha apostado «de manera rotunda por una optimización del recurso ya existente que pasa por mejorar las infraestructuras existentes, reducir el consumo y las pérdidas».
El conseller ha anunciado, además, que, esta misma semana, la Dirección General de Recursos Hídricos ha convocado reuniones con los ayuntamientos del archipiélago para hacer un seguimiento de las medidas que están tomando ante el inicio de la temporada alta turística cuando se disparará el consumo de agua. En este sentido, ha señalado que, si bien los últimos datos muestran que las Illes Balears se encuentran en una situación ligeramente mejor que el año pasado, «sería irresponsable confiarse y no adoptar medidas de prevención que nos permitan afrontar con unas mínimas garantías la gran presión humana que está previsto que sufra el territorio los próximos meses».