La explotación laboral es una de las lacras que nunca perderá vigencia, máxime cuando se trata de personas que están en situación irregular en otro país. He conocido el caso de gente que es víctima de abuso laboral por el simple hecho de no tener papeles en regla.
Personas a las que he conocido en diferentes sectores del ámbito de la inmigración que devengan hasta 3 o 4 euros por hora, especialmente en las labores del campo en donde una inspección de trabajo resulta algo compleja, o también empleadas de hogar trabajando en condiciones abusivas en casas de familias.
Y es que algunos empleadores se aprovechan de esta coyuntura para sacar tajada de la situación y ante las circunstancias adversas quienes no tienen la documentación en regla deben esperar los tres años del arraigo social para conseguir una oferta de trabajo que les permita legalizar su estatus migratorio en este país.
No obstante, mientras se cumplen esos 36 meses para comenzar a abrirse camino a la regularización esta ruta resulta tortuosa. En esta edición exponemos el caso de una empresa que le pagaba a los sin papeles 6 euros en comparación con quienes tenían sus documentos en regla, que obviamente tenían otras condiciones altamente favorables.
Las inspecciones de trabajo en Baleares como lo ha anunciado el Govern han ido en aumento como también la presencia de efectivos de la UCRIF que está incrementando los controles para detectar este tipo de prácticas fraudulentas que también va en detrimento de la dignidad humana y de los derechos de las personas, independiente de situación migratoria.
Citamos un ejemplo: recientemente, agentes de la Policía Nacional procedieron a la detención de tres personas (uno de origen colombiano, otro español y un estadounidense) de una cadena de locales, el propietario, el administrador y el controlador de los locales, por delitos contra los derechos de los trabajadores y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Estas inspecciones se realizan a través de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras a propia iniciativa o como consecuencia de denuncias. Las mismas también se llevan a cabo e en ocasiones en compañía de funcionarios de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Decir que fue una situación surrealista en la que queda evidenciado que hay empresarios que no tienen ningún tipo de escrúpulos, ni mucho menos temores ante la pública exposición al público de empleados sin documentación en regla. Desde hace tiempo era notoria la presencia de jóvenes sin papeles que vendían un producto para gafas, pero ni más ni menos que el lugar de trabajo eran los pasillos de un conocido centro comercial de Palma donde se exhibía la mercancía a vender.
Nada más sospechar esta situación, policías de la UCRIF realizaron una inspección en una tienda. A partir de ahí, los agentes pudieron constatar que el trato laboral dado a los trabaja- dores de esa empresa era totalmente diferente en función de su situación administrativa en España, los que estaban irregulares, y por tanto no tenían contrato, debían cumplir unos objetivos de venta, tenían que vender 100 euros diarios o 4500 euros al mes. Si ese objetivo no se cumplía le descontaban el salario de un día completo, algo inaudito y deleznable.
Situaciones como estas se encuentran en muchos lugares. Las personas sea cual sea su situación administrativa tienen que ganarse el sustento de cada día. Lo que no está bien es el abuso desmedido de algunos empresarios que posan de señores para explotar laboralmente a una persona sin garantías de ningún tipo y pisoteando su integridad moral y emocional.
Cabe aclarar que también conozco a empresarios que tienen un gran sentido de humanidad y son conscientes de que son situaciones temporales, por lo que dignifican y valoran el trabajo de sus empleados equiparándolos con los que tienen papeles en regla.
Pero también subrayar que esa irregularidad administrativa debe apuntar también a un tibio gobierno, que solo ha puesto paños de agua tibia para resolver el problema de más de quinientos mil sin papeles en España que están a la espera de un arraigo para la formación o un arraigo social, pero a mi criterio no es la solución real, pues con esto seguirán proliferando los impresentables que se aprovechan de la necesidad de los más vulnerables administrativamente hablando.
