Un sugestivo llamado hizo la representante consular para seguir prestando con normalidad el servicio consular. “Quiero que me dejen trabajar tranquila y sin hostigamientos”, es el mensaje que la Vicecónsul de Bolivia en Baleares, Maya Nemtala, hizo antes y después de que se produjese lo que en sus palabras denomina “un flagrante golpe de Estado perpetrado en contra de Evo Morales”, a lo que agrega que “lo ocurrido en su país es un atropello a la democracia”.
Maya Nemtala, llegó a Palma en mayo del 2015, desde entonces, comenta que se ve obligada a gestionar sola todos los trámites burocráticos para aproximadamente seis mil residentes en Baleares, aunque admite que si bien algunos tienen nacionalidad siempre deberán acudir a la oficina consular para solicitar un pasaporte nuevo, la emisión de un paz y salvo, antecedentes penales o certificados de supervivencia para quienes están cobrando las jubilaciones, entre otras gestiones.
La vicecónsul reconoce que es afín al gobierno del hoy ex presidente, Evo Morales, “eso todo el mundo lo sabe en Mallorca”, sin embargo, no entiende los ataques hacía ella, incluso adelanta a este periódico sobre una posible suspensión temporal de los servicios consulares en el caso de “continuar con el acoso y los malos tratos”.
Denuncia que teme por su integridad personal, concretamente, a partir del día después de conocerse el resultado electoral. El acoso personal y las malas maneras de algunos connacionales no han cesado.
En esa línea, es clara al describir los graves perjuicios que arrastraría el cese de actividades en la oficina consular.
Por el momento no hay una decisión tomada, pero lo más preocupante es “retroceder al pasado”. Cabe recordar que antes de la apertura del viceconsulado, los bolivianos tenían que viajar a Madrid o Barcelona a realizar sus trámites, además existían algunas asociaciones que montaban sus chiringuitos para hacer negocio con los propios paisanos en algunos trámites burocráticos.
Maya Nemtala recuerda el día de la primera manifestación en frente del viceconsulado.
“En ese momento estábamos expidiendo un salvo conducto provisional a un boliviano que debía viajar urgentemente”, dice.
Su nombre ha salido a relucir en la concentración que se llevó a cabo en frente del viceconsulado. Algunos de los asistentes le pedían la renuncia y le reprochaban que hubiera quitado la bandera de la ventana del viceconsulado.
En sus declaraciones se reafirma en su posición de seguir atendiendo con la mejor disposición a los bolivianos que llegan desde diferentes puntos de la Isla a recibir el servicio consular. Lo que menos le gusta es la polémica, pero no oculta su preocupación por la incómoda situación del momento con algunos de sus compatriotas.
La funcionaria consular agradeció las muestras de solidaridad de las autoridades locales de la Isla a raíz de la salida del poder de Evo Morales.
“Hay gente que interpreta bien la realidad de lo que sucede hoy en mi país”.
