El 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que es una oportunidad para celebrar los esfuerzos indispensables e incansables para salvar vidas de los trabajadores humanitarios en todo el mundo. Cuando estallan las crisis y surgen los conflictos, los trabajadores humanitarios se encuentran entre los primeros en prestar asistencia de emergencia a los afectados. Las recientes crisis mundiales, como la guerra de agresión de Rusia en Ucrania y el conflicto en Oriente Próximo, han demostrado tristemente que con demasiada frecuencia son los trabajadores humanitarios los que pagan el precio más alto por sus esfuerzos. 2023 fue el año más mortífero registrado para los trabajadores humanitarios, y es probable que 2024 siga la misma tendencia trágica.
Muchos trabajadores humanitarios están desplegados en el marco del compromiso de la UE de prestar asistencia humanitaria a las personas afectadas por catástrofes y peligros naturales inducidos por el hombre en todo el mundo. Ha estado cumpliendo con este compromiso de ayuda humanitaria durante más de 30 años, en más de 110 países, llegando a millones de personas en todo el mundo cada año. De hecho, la UE —países e instituciones de la UE colectivamente— se encuentra entre los principales donantes de ayuda humanitaria del mundo, con un presupuesto humanitario inicial para 2024 de 1 800 millones de euros.
La ayuda humanitaria de la UE cubre ámbitos de intervención como la alimentación y la nutrición, la vivienda, la asistencia sanitaria, el agua y el saneamiento, y la educación en situaciones de emergencia. Se canaliza de manera imparcial a las poblaciones afectadas, independientemente de su raza, grupo étnico, religión, género, edad, nacionalidad o afiliación política, y se centra en los más vulnerables. Una red de expertos humanitarios de la UE en más de 40 países de todo el mundo permite un estrecho seguimiento de las situaciones de crisis y las operaciones de socorro.
Entre las principales iniciativas recientes de ayuda humanitaria de la UE figuran las siguientes:
- Puesta en marcha de los vuelos del puente de ayuda humanitaria de la UE para canalizar la ayuda a las zonas de más difícil acceso. Estos vuelos del puente aéreo han demostrado ser un salvavidas para canalizar la ayuda a Etiopía durante la crisis de Tigray, a la República Democrática del Congo, así como para prestar asistencia a la población de Gaza más recientemente.
- Desarrollar reservas mundiales de ayuda —la Capacidad Europea de Respuesta Humanitaria— albergadas en América Latina, Oriente Próximo, Asia y Europa para poder enviar ayuda más rápidamente a las zonas de crisis, como tras el terremoto de Turquía y Siria en 2023.
Además, a través de la mayor operación jamás realizada en el marco del Mecanismo de Protección Civil, la UE ha proporcionado a Ucrania 149 000 toneladas de ayuda humanitaria y ha coordinado la evacuación de más de 3 500 pacientes ucranianos a hospitales de toda Europa.
Para ayudar a proteger a los trabajadores humanitarios locales en todo el mundo, la UE ha establecido la iniciativa Protect Aid Workers (Proteger a los trabajadores humanitarios) que ayuda a aquellos que han sido víctimas de ataques u otros incidentes de seguridad mientras estaban de servicio con asistencia jurídica y subvenciones financieras rápidas. El primero de este tipo, el mecanismo ha distribuido 25 subvenciones a trabajadores humanitarios que necesitan apoyo, por valor de más de 240 000 EUR, desde febrero de 2024. A través de la iniciativa, la UE pretende crear una red de seguridad para los trabajadores humanitarios locales, que a menudo tienen recursos limitados y no pueden confiar en la protección de las grandes organizaciones internacionales.