Nada mejor que hacer un reportaje a pie de calle y emparamarse de toda la realidad social que desde el sofá de nuestra casa no vemos. Es loable la labor que realizan entidades como Proyecto Encuentro con el voluntariado de acompañamiento a las personas sin hogar.
La ruta la comienzan desde la Plaza de los Patines, lo más llamativo, gente de varias nacionalidades, quizá algunos de ellos, hayan estado al borde de la vulnerabilidad social, pero lo más importante es que no se olvidan de sus orígenes y de las dificultades que atravesaron cuando dejaron sus países de origen.
El entusiasmo y la buena disposición de ellos, comenzando por Florencia y Gumersindo, forman parte del común denominador de esta hoja de ruta que se realiza en varios sectores de Palma.
Luego llega lo más sensible de la noche, la entrega de alimentos, la asesoría integral y una palabra de afecto para aquellas personas que por avatares del destino se han quedado en la absoluta soledad, gente que como lo comprobamos in situ en nuestro reportaje gráfico y audiovisual, que será publicado en nuestras redes sociales y Web, algún día lo han tenido todo y de un momento a otro se han visto sin conocidos, amigos, y lo peor, sin familia.
Quizá hayan cometido errores en la vida, pero cierto es que en el ocaso de su existencia cuando la curva de sobrevivencia va en declive, denotan una sensación de tristeza y resignación.
En nuestro trabajo en las chabolas nos hemos encontrado con gente que tiene un largo kilometraje de vida, en apariencia más que sus propios años a tenor de los certeros golpes encajados o las equivocaciones cometidas que no tienen marcha atrás.
Gente de la calle que han llevado un estilo desenfrenado hasta tocar techo, tal y como nos decía con los ojos llorosos, como queriendo volver el tiempo atrás, Remigio, que mientras recapitulaba su infancia, no ocultaba esos halos de nostalgia y añoranza.
Es imposible no alinearse con las sensaciones de estas personas, muchas de ellas lo han tenido todo, y de un momento a otro ven desvanecer sus ilusiones y su perspectiva de vida, nadie está exento de sufrir un golpe mortífero que arruinen para siempre sus expectativas y sus planes de vida.
Si bien es cierto que cada uno es dueño de sus actos, también es indudable que tantas de esas personas en su buena fe se hayan rodeado pesimamente, permitiendo que terceros irrumpan abruptamente en sus vidas hasta cumplir el cometido de arrasar con todo lo que se encuentren en el camino causando daños irreparables.
El trasegar de la vida es un aprendizaje y como diría Remigio, al infierno es muy fácil entrar, pero muy difícil salir, en este caso agregaría que no solo este mensaje debe apuntar a entrar en los vicios como las drogas o el alcohol, sino a combatir el estrés derivado de muchos factores y la sensación de no haber tomado decisiones correctas.
Me quedó con la labor del Guardia Civil, Gumersindo Cornejo al momento de interactuar como voluntario de la asociación. Y es que también en sobre la faz de la tierra prolifera la gente con vocación de ayuda como Florencia Ruarte y Vanessa, una profesora de matemáticas que nos acompañó a hacer el trabajo de campo entregando comida a la gente de la calle y asesorando sobre los diferentes trámites burocráticos.
Desde Baleares Sin Fronteras agradecemos la denodada colaboración de Proyecto Encuentro para la realización de nuestro reportaje con el toque profesional del cámara-periodista, mexicano, Eduardo Quirós, reportero experimentado de conflictos bélicos y acontecimientos de repercusión mundial.