La población española se muestra favorable ante una futura vacuna contra la COVID-19: un 32% de los encuestados se muestra totalmente favorable a recibirla, el 36% estaría en una posición favorable, aunque con algunas reticencias, y el 23% muestra un nivel de reserva alto. El 9% restante prefiere no responder.
Este es uno de los principales resultados que revela la encuesta de percepción social sobre aspectos científicos del COVID-19 que ha realizado la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, a 2.100 españoles procedentes de distintas Comunidades Autónomas con el objetivo de analizar el cumplimiento de las medidas de prevención y sus actitudes ante una futura vacuna.
Según la encuesta, las personas mayores tienen mayor predisposición a vacunarse por COVID-19 que las más jóvenes, pero los análisis muestran que son más determinantes otros factores sociodemográficos.
En concreto, presentan mayores niveles de reticencia a la vacunación aquellas personas que trabajan por cuenta propia (autónomos), las que tienen niveles altos de estudios (particularmente primer ciclo universitario) y de ingresos así como las que consideran que tienen un buen estado de salud.
El estudio pone de manifiesto que un 32% de la población se muestra reticente a recibir vacunas contra COVID-19 por reticencias relacionadas con la rapidez de la investigación y no desean ser los primeros en vacunarse, mientras que un 12,7% manifiesta temer efectos negativos para su salud.
Sin embargo, la confianza en las vacunas en general sigue siendo alta entre la población española, en línea con estudios previos a la pandemia: la gran mayoría de los españoles considera que las vacunas son eficaces para prevenir enfermedades (tan solo un 4,4% se muestra en desacuerdo) y que son seguras (6% en desacuerdo).
El cumplimiento de las medidas de prevención es un predictor de actitudes favorables a la vacunación contra COVID-19. Además, las medidas han sido adoptadas por una amplia mayoría la población: 8 de cada 10 manifiesta tener un seguimiento riguroso de las tres medidas de prevención del coronavirus: mascarilla, distancia social y lavado de manos.
Sin embargo, cerca de uno de cada diez españoles incumple ocasionalmente alguna de las tres medidas y un 10% adicional manifiesta tener un seguimiento bajo en el conjunto de las tres.
El estudio muestra que el contexto social más cercano (familiares y amigos) influye fuertemente en el cumplimiento de las medidas de prevención del coronavirus, señalando así que el cambio de hábitos es en gran medida grupal, más que individual.
Los resultados también ponen de manifiesto que existe una fuerte asociación entre los tres principales comportamientos recomendados para la prevención de la COVID-19 (distancia social, higiene de manos y uso de la mascarilla) ya que los niveles de seguimiento en una de las recomendaciones, con una alta probabilidad, se observan en las otras dos.
Las personas que tiene una enfermedad crónica o no gozan de una buena salud tienden a adoptar en mayor medida los cambios de hábito que ayudan a prevenir la COVID-19. Asimismo, los padres y madres de menores de edad presentan una mayor práctica de las medidas de prevención del coronavirus.
El estudio muestra que la edad no es un factor determinante en el seguimiento de las medidas de prevención. Por otro lado, se observa que la percepción de efectividad de las medidas de prevención, así como la preocupación por la evolución de la pandemia están relacionadas con un mayor cumplimiento de las mismas.
El trabajo de recogida de la información tuvo lugar entre el 25 de junio y el 15 de julio de 2020. Los resultados de este estudio van en línea con los del Cosmo-Spain, impulsado por la OMS y que se lleva a cabo al mismo tiempo en 31 países.