Por Álex Pomar
El domingo 7 de junio en la Plaza del Olivar de Palma se celebró una manifestación en contra del racismo. La capital balear hizo eco de las protestas suscitadas alrededor del mundo por el asesinato del ciudadano afroamericano, George Floyd, a manos de un policía de Minneapolis de USA.
Durante la concentración organizada por la plataforma de la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en Mallorca, a la que asistieron unas ochocientas personas se escucharon varias reivindicaciones.
Los manifestantes tacharon el racismo de “pandemia”, peor que el nuevo coronavirus, que a lo largo de la historia de la humanidad ha segado cientos de miles de vidas inocentes.
Uno de los reclamos del manifiesto leído por una joven africana hacía referencia a la vulneración de derechos y garantías en los CIE (Centro de Internamientos para extranjeros), además de las condiciones infrahumanas en las que trabajan cientos de trabajadores africanos en los campos de España señalando a Almería como uno de los puntos más neurálgicos.
En el documento se denunciaba, según un estudio divulgado en el 2018 por la Sociedad Civil Africana entregado a la ONU, que “la población negra en España está propensa a ser señalada 42 veces más en los puertos y en el transporte público por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado y en empresas privadas de seguridad, simplemente por el color de su piel”, para agregar que “la discriminación racial está presente en algunos sectores de la sociedad española, desde los centros escolares hasta los puestos de trabajo pasando por el acceso a la vivienda, la sanidad y los servicios sociales”.
En el escrito la portavoz africana también hacía referencia a la compleja situación de las mujeres negras inmigrantes eran víctimas de una triple estigmatización: “racismo, clasismo y machismo”.
Varios políticos acudieron a la concentración, entre ellos, Guillem Balboa, exalcalde de Alaró por Més y uno de los portavoces de la plataforma organizadora.