El comunicador Federico Marotta fue uno de los pilares de los eventos culturales y folclóricos que Uruguay organizó en las fiestas de San Sebastián como país invitado. Aprovechando la coyuntura, este periódico abordó algunas de las temáticas que lo inquietan en su condición de Presidente de la Asociación República Oriental del Uruguay.
BSF: En sus programas de radio en Radio Calvià y ahora en Sputnik Radio tiene marcada la palabra multiculturalidad. No a todos les agrada esa palabra. ¿Cómo la define?
Federico Marotta: América Latina ha recibido inmigrantes durante toda la vida, quinientos años acogiendo gente de otras latitudes geográficas. Aquí en Mallorca hablamos de multiculturalidad, pero ¿qué ocurre con la cantidad de gente que a finales del siglo XIX se fue a Uruguay o a otros destinos de Latinoamérica?, ¿eso no cuenta?. La multiculturalidad existe y seguirá estando presente por siempre.
BSF: Siempre habla con datos en la mano del éxodo europeo e hacía su país y viceversa, ¿cómo se han dado estos procesos en los dos últimos siglos?
F.M: Según el censo de 1889, a finales del siglo XIX en Montevideo el 33 por ciento de la población era originaria de España, otro porcentaje de diferentes países. El 82 por ciento del pequeño y mediano comercio estaba en manos de extranjeros. Por lo tanto esto de la multiculturalidad ya lo venimos aprendiendo desde nuestros países de origen. Lo importante es saber estar y adaptarnos a la tierra que emigremos.
BSF: Por sus palabras es directo acerca del desconocimiento que existe sobre los movimientos migratorios…
F.M: Falta investigar un poco más de la historia para aprender a comprender los problemas de la humanidad y en esa línea ser un poco más tolerante. Nunca vamos a saber a dónde estarán viviendo mañana nuestros nietos o hijos. La inmigración es un aprendizaje para todas las culturas, de hecho España siempre ha sido un país de inmigrantes. Esto es un proceso cíclico del que nadie escapa.
BSF: Los nativos, especialmente en una tierra como Mallorca nos hablan de formar guetos y de ser poco proclives a integrarnos. ¿Qué opina?
F.M: el hecho de revivir nuestras costumbres afuera de nuestro país no significa que no nos integremos. Es algo normal que también en su momento se dio en Uruguay o cualquier otro país cuando las comunidades de Italia y España- mayoría- u otra comunidad se reunían para reavivar sus costumbres, lo importante también es saber adaptarse y respetar la cultura y tradiciones del país de acogida.
BSF: ¿Existen políticas de inmigración en la práctica reales y eficaces?
F.M: Faltan de políticas de inmigración, sencillamente no las hay. En este momento estamos trabajando en la plataforma de la inmigración buscando soluciones a las problemáticas que hay por la falta de funcionarios en la Oficina de Extranjería. Hemos tenido reuniones entre diversas asociaciones para que cada una exponga los obstáculos con los que se encuentra. Las conclusiones de los problemas son las mismas.
BSF: Compara las soluciones del Brexit con lo que se vive actualmente en la Oficina de Extranjería… ¿Por qué ese paralelo?
F.M: Para los ciudadanos británicos con el tema del Brexit sí que hubo soluciones, sin embargo para nosotros no existe ningún tipo de alternativas. Parece que fuéramos ciudadanos de segunda categoría. La gente está desesperada. Nadie nos da soluciones, vas a tocar la puerta de algún responsable político y la mayoría te responden con un ´no es competencia nuestra`, no son capaces siquiera de hacer una llamada telefónica o de interesarse por nuestra problemática.
BSF: Le he escuchado también criticar a los políticos de turno…
F.M: La gente de los diversos colectivos coinciden en manifestarnos su inconformidad por cómo se están manejando las problemáticas de la inmigración, especialmente en el tema de extranjería. Cada vez hay personas que entienden la política del país de acogida, nos manifiestan claramente el interés pre electoral por ese 20 por ciento de potenciales votantes inmigrantes, pero después de las elecciones se olvidan de nuestras reivindicaciones, que en realidad apuntan a temas burocráticos de la Oficina de Extranjería y a las carentes políticas de integración social.
BSF: ¿Lo notó decepcionado, es una generalización sobre el desinterés de los responsables políticos?
F.M: No, no hablo de todos los políticos, hay honrosas excepciones.
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