Durante las pasadas votaciones al Plebiscito de Colombia, los ciudadanos de ese país que fueron a la sede consular de la calle Jaume III, de Palma, tuvieron la oportunidad de ver juntos a uno de los cónsules con gran aceptación mientras se desempeñó durante quince años en el cargo, sin sueldo y prestando un trabajo voluntario para los colombianos.
La figura de Carlos Alberto Navarro Botero es muy recordada, especialmente entre los colombianos de vieja data, con él sucedieron muchas cosas, entre ellas, el boom de la inmigración, llegó un momento en que la colonia colombiana superaba en Baleares los doce mil, la regularización general de inmigrantes en la época de Rodríguez Zapatero, el auge de los negocios que comenzaron a ser regentados por gente de su país. Ante tal estela de crecimiento, Navarro Botero se vio en la necesidad de incrementar la ayuda logística, cuyos aportes siempre fueron precarios para la demanda de trabajo que en aquel entonces tenía el consulado.
Cónsul y ex cónsul, grato encuentro
